Ni idea dónde voy pero seguime

martes, 9 de febrero de 2010

Una noche de verano de sueño

Hoy tenía ganas de hacer un experimento: escribir mechando letras de canciones. Tenía calor y no me podía dormir, así que empecé a mezclar pentagramas y líneas para ver qué salía.

Hace calor, hace calor y ella tiene la receta para estar mucho mejor
. Pero no se la da a nadie y todos nos cocinamos en esta ciudad a baño María. Santa María de los Buenos Aires, si todo estuviera mejor.

¿Será que los porteños nos quejamos siempre de como estamos? Si hace calor, si llueve, si hay humedad, si nieva, si hace frío. O también podemos pensar que el inconformismo es una forma de autosuperación. Es más, creo que el país está lleno de inconformistas que no soportan ir a 100 Km/h y pasan por la banquina, en curvas, puentes y cómo sea. Eso también es autosuperación, aunque peligrosa.

Las rutas están llenas de personas que descargan su frustración vía pie derecho al acelerador. Suerte que no hay portación de armas como en EE.UU. porque la población ya sería un tercio de lo que es. Las armas, punto importante de la ruta a la costa. No hagamos chistes fáciles con que los balas veranean ahí. No voy a gastar pólvora en chimangos.

Mañana cuando te levantes y pienses lo que dije ayer: ay viejo en este juego a mí siempre me toca perder. ¿Será que la nuestra es agua de río mezclada con mar?

¿De dónde viene esa nostalgia que nos caracteriza? ¿Por qué construimos la ciudad mirando al Río y dándole la espalda al resto del país? Esperando, esperándote, costumbres argentinas de decir no. ¿Esperando qué?

Ah, claro, los Fabulosos nos dan una pista: basta, basta de llamarme así, ya voy a ir, voy a subir cuando me toque a mí. ¿Y mientras? Miro para arriba, aunque sepa que siguiendo la luna no llegaré lejos; tan lejos como se pueda llegar.

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