Ni idea dónde voy pero seguime

jueves, 25 de septiembre de 2014

Quijotes

Nuestra tierra está llena de quijotes. Todos tenemos alguna o varias causas por las que luchamos. No tendremos Sanchos, Rosinantes y Dulcineas pero sí molinos.

Estoy seguro de que si hacés el esfuerzo de pensar un rato en aquello que te hace hervir la sangre y repasás tus fuentes vas a encontrarte con que algunas, muchas o pocas de las cosas que pensás no son tan así.

Generalizar es útil para la lógica simplista que nos permite resolver todo mágicamente desde la palabra. Cuestionarse lo que uno mismo cree, piensa o conoce es mucho trabajo. Es agotador. No hacerlo es más fácil y más cómodo.

A veces son creencias, hábitos heredados, ignorancia, superstición, información equivocada, medios o personas que trabajan en ellos. No importa, a todos nos pasa.

Cuando estés así: enojado, sanguíneo, vehemente, preguntate ¿es tan así? ¿por qué? O seguí embistiendo tus propios molinos.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Paranodia

Hace poco una situación me hizo pensar en una fusión de dos palabras: paranoia y odio. Ver y escuchar a alguien furioso, enojado con algo o alguien y notar como cualquier suceso o situación en su vida es responsabilidad y culpa de aquello que odia (directa o indirectamente) es sorprendente. Por absurdo que le pueda parecer a quien no comparte su odio.

La fuerza persuasiva que tenemos para convencernos de que las cosas son de cierta forma porque aquello que odiamos así lo quiso, es asombrosa. Es irracional por supuesto, casi fanático en su mecanismo pero termina por ser real para quien así lo cree.

"Yo lo sé. Yo sé que es así porque lo sé. No necesito investigarlo. Sé que es así". Bueno, por supuesto, para qué revisar algo que creemos o pensamos si porque  lo enunciamos ES. Lo cual me hace pensar en otra cosa: ¿qué opinión sobre nosotros mismos hace falta tener como para usar tal mecanismo?

¿Será que sabemos todo y por eso no necesitamos leer, informarnos, investigar? No somos nosotros los que somos definidos por el mundo sino al revés. Si nuestro pensamiento es la verdad y la realidad y ella se construye a partir de lo que nosotros creamos ¿no habría tantas verdades y realidades como opiniones formadas? Bueno si todos fuéramos igual de revisionistas en nuestro alcance tal vez. ¿Pero qué pasa cuando alguien SABE que ES como piensa? Básicamente TODO LO DEMÁS está MAL o es FALSO.

Me cuesta quizás ponerlo en palabras pero veo cierto delirio en esto. Una mezcla de odio y paranoia como dije al comienzo que funciona para quien la ejerce no como justificación de la realidad sino como molde de la misma.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Horizontal

Si alguien me pregunta cómo es la Patagonia lo primero que viene a mi mente es "horizontal". Nada describe mejor la topografía y la sensación que se tiene aquí que esa palabra.

Tal vez sea por ser de otro lugar, de una ciudad grande como Buenos Aires, que es más bien vertical con sus edificios.

El Sur parece infinito. El mar parece infinito. El paisaje ondulante, lunar, interminable. La escasa vegetación que se camufla con el color tierra. La vista ininterrumbida durante kilómetros. Y el sol. El sol pega diferente acá.

Así, en horizontal, uno se siente diferente. Pequeño en medio de lo inmenso. Aislado entre la desolación. Seco. Árido. Pero con la posibilidad de girar y girar sin ver a nadie a la redonda. Una sensación extraña que produce una mezcla de satisfacción, alivio y tensión. Una libertad anónima, ignota.

Es como si cada uno supiera que tiene sus prácticamente 11 km2 que si mal no recuerdo era la densidad poblacional de la zona en promedio cuando iba al colegio.

¿Se imaginan no tener a nadie pero a nadie en 11 Km a la redonda? Poder gritar sin que te escuchen, hacer sin que te vean. Existir sin que te sepan.

En Buenos Aires hay más gente pero cada uno va más camuflado. El espacio es más vertical. Podemos mirar hacia arriba. Buscamos el espacio así, el aire. Los que queremos horizontalidad vamos al río o a veces a alguna pastura llana. Pero no hay ningún lugar que te ofrezca lo mismo que hay acá. Nadie más que vos en un lugar, sin absolutamente ninguna estructura o rastro de humanidad en kilómetros.