Ni idea dónde voy pero seguime

martes, 26 de abril de 2011

Las viejas

Casi desde que tengo memoria me dicen que a las personas mayores hay que tenerles paciencia. Juro que les tengo, pero hay ciertas mujeres que podrían ser mis abuelas que realmente me sacan. Y como no son mis abuelas, me permito descargarme.

Están las viejas de consultorio médico que llegan y se adelantan en la cola de recepción. Se sienten impunes porque usan polleras largas y zapatos de enfermera. Además explotan el uso de chalequitos de lana tejidos a mano y se dejan algunas canas a la vista para que nadie piense que tienen menos años y les quiten sus privilegios. Ojo, después comen cualquier cosa, capaz que se fuman un pucho cuando salen del médico y caminan más rápido que yo. Pero se hacen las viejas. 

Son las mismas que cuando salís del médico después de haber pasado 35 minutos en la sala de espera y no más de 4 en el consultorio vienen hacia la puerta y no te agradecen habérselas sostenido abierta. Viejas forras son. Dan por hecha tu obligación de amabilidad y se sienten con derecho a no dar las gracias. Y encima el médico se hace el que se acuerda de vos pero te das cuenta de que no porque te va preguntando de a poco como el Akinator.

Las viejas de las colas largas como los bancos son las que te hablan. Empezás contestando por educación y tu cantidad de palabras baja a medida que crece el uso de monosílabos. Siempre terminás contestando con un leve movimiento de cabeza o un "se" ante los "hay que matarlos a todos" o los "esto con los militares no pasaba". Hasta cuando se cae el sistema del banco te dicen "con los militares no pasaba".

Hay otras viejas, mis preferidas. Son las viejas de paraguas en días de lluvia. Son las peores, las más malas. Las hijas de puta van por abajo de los balcones y juegan a pegarte con el paraguas en el hombro, porque saben que con el golpecito el agua acumulada te cae encima. Son tan forras como los colectiveros que pasan cerca del charco para mojarte. Es más, muchas harían esto si pudieran: http://www.youtube.com/watch?v=ATGLq3JkCX4

A los que me dicen que tenga paciencia porque ya voy a tener su edad les digo que ya no me aguanto más. No voy a esperar a ser viejo para ser un forro. Empiezo hoy mismo.

martes, 19 de abril de 2011

No me quejo (tanto)

Tenía ganas de escribir algo y me acabo de percatar de que no me quejo tanto. Me ilusioné con que el país está mejor y todos hemos cambiado. O tal vez yo estoy más acostumbrado y no tengo ganas de usar mi energía en eso.


Pero la indignación no se pudo haber ido por ahí sin avisarme. Es una gran motivación para escribir. Además, ¿cómo la recupero? ¿Llamo al CGP a ver si está en objetos perdidos? Voy a hacer la denuncia con la Metropolitana... No, qué voy a ir si no hacen ni una multa por pasar en rojo. Pero tal cual, hace unos días una policía vio como un auto pasaba en rojo ahí por Donado y miró para otro lado. Yo que pasaba por ahí le dije, "ey, pasó en rojo" y en vez de decirme algo se dio vuelta y silbó. Ahí está, ¡ya me indigné!


Entonces sí, la Metropolitana me devolvió la indignación. Bah, me la devolvió el que pasó en rojo, la policía que no tenía ganas de hacer su trabajo, el colectivero que le dijo a la vieja en silla de ruedas que tenía que avisar antes si quería subir porque tiene que parar cerca del cordón -que yo sepa no tendríamos que caminar por la calle 3 metros para subir al bondi-, la mortadela de Paladini que cuesta más de $17 en el chino de enfrente y los cines. Los que te venden comida en los cines a precios gigatográficos y además, como si eso fuera poco, te prohíben entrar comida de otra procedencia.


Libertad de mercado nos dicen y te cobran 5 ó 6 veces el precio de una gaseosa solamente porque no está permitido llevarla (regla impuesta por ellos) y si tenés sed y querés tomarla pagá lo que ellos dicen. Eso no es libertad, es extorsión de mercado. 

miércoles, 13 de abril de 2011

Teorías epistemoilógicas

De vez en cuando se me ocurren cosas que mucha gente considera tontas. No es la excepción pero quería compartir con mis lectores algunas de ellas. A continuación voy a teorizar sobre el origen de algunas palabras y expresiones.
- "Es un viva la pepa": se usa para significar la falta de normas, libertinaje, descontrol y/o desconche. Mi teoría: "La Pepa" era el apodo con el que se conoció a la Constitución de Cádiz de 1812. Algunos años después de promulgada un rey que creo se llamaba Fernando la anuló e hizo de cuenta que nunca había existido. La Pepa anulaba entre otras cosas la esclavitud y establecía el voto universal masculino -tampoco milagros-. Ni hablar que era Pepa porque fue promulgada el día de San José
- Las sandalias: simple, las sandalias se usan para ir a la playa. En la playa hay arena. ¿Cómo se dice arena en inglés? Sand. Sandals para los muchachos inventores del bombín.
- Comerse los mocos: desistir por falta de valentía o coraje. Lo primero que me llama la atención es que los mocos son mayormente verdes, color asociado a la esperanza. Tal vez el que se coma los mocos pueda ser llamado mocoso y un mocoso es un jovencito. A lo mejor por ser jovencito sea pequeñito y tema muchas cosas. Los hombres por ejemplo se peleaban a golpes de puño mientras que los mocosos se sacaban un ídem de las fosas nasales para amasar, redondear y finalmente saborear o dejar pegado bajo la mesa. El cagón está mucho más claro, tenemos un reflejo para huir ante situaciones de riesgo donde lo primero que hace el cuerpo es eliminar todo aquello que pese para correr más rápido. Alguno no habrá podido controlar el reflejo y así se inauguró la categoría de quienes corren para otra batalla.


Se hacen investigaciones a pedido. Nadie puede garantizar la veracidad de los resultados.