Ni idea dónde voy pero seguime

viernes, 30 de julio de 2010

Literalismo lingüístico

No es mi intención burlarme de quien no maneja otro idioma, pero la anécdota bien vale la pena por su simpatía y frescura. Un compañero de trabajo estaba en un "call" con una persona que vive y trabaja en Inglaterra. 

Hablaban en inglés medio a boca de jarra. A los manotazos limpios; chapoteando con portuñol angolsificado, pero se entendían. Al rato, después de unas cuantas dudas, -algún que otro ehhhh se, yes, oui- le quiere pasar con otro compañero que trabaja en la oficina de Buenos Aires. Y le tiró: "Ok, I give you with Seba". Yo no sé si el flaco le entendió, pero a mí me hizo reír.


A partir de eso me puse a pensar en la literalidad que pocas veces aplicamos e interpretamos. Tengo un amigo, por ejemplo, que me pregunta "¿qué hacés?" en vez de "¿cómo estás?". Y claro, literal y básico como soy, yo le respondo lo que hago en ese momento. "Como queso" creo que fue la última. Y no es por ser gracioso o irónico, soy literal. Solamente.

Por supuesto no es la misma literalidad que la de un marinero o una marinera. Las marineras que no son galletas pueden ser camas y ahí radica su posibilidad de literalidad (en términos de literas). Los marineros son muy buenos con el lenguaje: anclan sentido fácilmente.

Sí, es cierto que a veces exagero un poco, pero es por inseguridad. A mí me gusta hacer las cosas bien. Entonces, si alguien me pide por ejemplo que le sirva gaseosa en su vaso yo le pregunto "¿cuánto?". Nadie me responde medio vaso. O vaso lleno. "Un poquito". Uh, cagamos, ¿cuánto es un poquito para vos y cuánto es un poquito para mí? Generalmente me doy cuenta porque me ponen cara de orto cuando mi poquito es poco para su poquito. Encontré una forma de saber: sirvo hasta que me dicen basta. Después, soy inútil.


Me pasó también en España. Quería ir a un lugar que quedaba a cierta distancia de donde yo estaba parado. Iba a ir caminando. Andando, dicen ellos, y le pregunté a una mujer de unos 65 años digamos. Mos. En fin. La mujer me respondió: "A unos 15 minutos andando". La miré y le dije sin ánimo de ofender sino más bien con intención de obtener precisión "¿andando a su ritmo o al mío?". Otra vez cara de culo. No entiendo porqué la gente se molesta cuando uno trata de precisar.


Precisamente preciso precisar porque temo ser impreciso. Y la imprecisión precisa precisión para ser menos insoportable. Pero al final resulta que la precisión molesta a quienes no son precisos. Bueno che, yo preciso precisión. Soy preciso. Aunque me hubiera gustado ser precioso. ¡Cómo te cambia la vida una o!

miércoles, 28 de julio de 2010

El experto

Como no soy mujer, no conozco al dedillo la dinámica de una mesa femenina compuesta por amigas. Sí, algo puedo imaginarme a partir de películas y series que alguna vez he visto, pero quiero confesarles, nunca presté demasiada atención.

En fin, yo quería contarles esto porque supongo, sin ningún asidero sustentable, que todas las mesas de hombres amigos, o concilíabulos machistas, son más o menos iguales. Paso a detallar características típicas de las charlas que nos tienen como protagonistas. Antes debo mencionar que el experto sabe mucho pero poco aplica. Es decir, puede decirle a sus comensales las cosas claras, sin pelos en la lengua y sin ponerse colorado, todo aquello que debió haber hecho o dicho. Eso sí, en el momento en que se ve en una situación similar es como un libro escrito con jugo de limón. Se parece a los demás, pero todo lo que escribieron en él no se puede leer.

Características del experto
- Ni fachudo ni feo. Es un hombre promedio, con un trabajo "normal".
- Es un teórico de las mujeres. Un teórico purista. Sabe un montón, pero casi nada de lo que sabe llega a la praxis.
- Velocidad de palabras. Ante la puesta en situación de su confraterno, puede que ni lo deje terminar la frase para escupir una solución y/o consejo. La fundamentación es imprescindible. Esto significa cálculo y especulación de todo lo que sucederá a partir de la conducta del hombre.
- Ironía, sarcasmo y mucho sentido del humor. Si su comentario fue realmente de experto, sobrevendrán los célebres "qué hijo depú" o "no podés decir eso, animal".
- El experto no existe físicamente, es una suerte de masa de aire frío que atraviesa a los hombres por momentos, los posee y luego los deja de nuevo en su estado de "al final somos unos giles".
- Nunca duda. Puede llegar a equivocarse, pero solamente si otro experto es más experto que él. En realidad no se equivocó, solo fue menos preciso que el otro experto. 
- Da consejos y puntos de vista sin que se los hayan solicitado. Esto es fundamental. El experto es proactivo. Siempre.
- Ante la tristeza de un amigo, acude a cualquier tipo de comentario, por despiadado que sea, para apaciguar su saladez anímica. Estos incluyen la falta de tacto y de respeto hacia la "hija de remil puta" que hasta hace 3 horas era la novia perfecta. El cambio de un estado al otro es tan fácil y rápido como las novias de Fort.
- No hay peor enemigo para él que la suegra de su amigo. Ella es responsable de la hinchazón testicular de su amigo (antes experto y ahora novato).
- El experto conoce los laberínticos secretos del cerebro femenino (no, no tienen corazón) como Kasparov las jugadas de ajedrez. Él también sabe mucho de mover las fichas del ajedrez. Pero de las damas, poco.
- Vive en todos nosotros. Todos tenemos un potencial experto. Su espíritu reside dentro de nuestra naturaleza masculina y se pasa de mano en mano como la llama olímpica. 

Seamos honestos, ¿quién no se ha sentido experto alguna vez?

viernes, 23 de julio de 2010

Enroscate que es fácil, bolud@

Sí pero no. No pero sí. Todo no pero un poquito capaz que sí. O mejor no, bueno tal vez. Por esta vez. Ok, dale, pero un poco. No, no sé, mejor no. No, mejor no. Hice bien. Má sí, me mando y que sea lo que Horus, Buda, Ganesha o Inti quiera.

Tengo que confesarles que cuando vi esta imagen me pareció tan pero tan buena que la descargué porque algún día la iba a usar en un post. Y me sirve de punto de partida para escribir sobre algo que todos hemos sufrido, gozado y aplicado alguna vez: la histeria. O histeriquismo, como más les guste.

Claro que está bueno el jugueteo pero a algu@s se les va la mano. No, no pensaba en el capitán Garfio precisamente. Quería ocuparme más del enrosque que del jueguito en sí mismo. ¿Ya los estoy enroscando? Mejor, era lo que quería. Digo, no a la histeria pura sino a la mezcla con hipocresía. Ejemplo a continuación.


Vas a un bar o boliche (boite para los más añejos). Ves una persona que te gusta. Te acercás. Empieza el mecanismo enroscatorio. Le hablás tratando de seduccionar (lindo término eh) pero sin mostrar interés de más. ¿Cómo es eso del de más? Fácil, si le sacás el teléfono puede que:
a. te cague a trompadas para que se lo devuelvas
b. te meta una denuncia y termines en Devoto vestido de reina del penal
c. te dé el número y te muerdas los dedos para hacerte el interesante/difícil 


¿Y cómo sigue eso? Bueno, si optaste por la c quiere decir que vas a quedar como un interesante que se come las uñas y además un poco histérico. ¿Si no para qué le pediste el teléfono? Ah, claro, para hacerte el difícil... Pero bien que la fuiste a buscar.

Si sos chorro es entendible que se lo saques. Sos directo y claro. Pero si te interesaba esa persona y después no volvés a dar señales de interés (tampoco digo que pongas un reflector como el de Batman con un corazón) quedás un poco confuso. Enroscado.


Vuelvo a la situación de encare. La otra persona también sabe para qué fuiste. No espera que te acerques y le digas: "me gusta tu bijou, ¿dónde la compraste?". O, "¿tenés idea de dónde para el 41?". Espera un "hola, ¿de qué signo sos?" para contestarte "de pesos, papi, y me llamo 600". Bueno, si pasa eso no hay enrosque. Ahora, si se hace la inocente sí. Todos sabemos porqué te acercaste. ¡Somos grandes! Entonces las 2 partes saben. Pero ninguna lo reconoce abiertamente. Hacen de cuenta que no es por eso. Ahhh, eso era, los dos saben qué pero hacen como que no. "¿Yo señor? no señor"


Es hacerse el boludo. Un juego. Y algunos tienen handicap de lo buenos que son en eso. Por ahí por eso está tan institucionalizada la histeria enroscada. Y no puedo dejar de preguntarme, ¿por qué complicamos lo fácil? ¿Por qué esa manía de enroscarnos así? Zigzaguear lo que podría ser directo. Tampoco un "hola, ¿vamos?" pero... Después estás condicionado. Algo así pasa con el boleto de colectivo: lo enroscás al subir, te olvidás y cuando querés desenroscarlo vuelve a su posición acostumbrada.

Evidentemente hay un placer un poco cínico en eso. Y todavía hay quienes pueden decir "te equivocaste". Claro, en su defensa muchos y muchas dirán que no pueden echar flee de entrada porque no hay acto contundente y no se puede juzgar la intención. Me parece que eso es consecuencia de aquellos que, ante tal acontecimiento, han reaccionado hábilmente con un "yo solo quería charlar 2 minutos porque estoy aburrido, la confundida sos vos".

Celebramos la diplomacia (careteo) en lugar de celebrar la honestidad. ¿Por qué nos entrenamos en mentir piadosamente en lugar de hablar a calzónquitadamente? Es cierto, la verdad es más dura, pero también es cierto que da opciones distintas. Sin falta de respeto, pero con honestidad.  "Mirá, la verdad es que no me banco que me pongas la mano en el coxis cuando caminamos hasta la fotocopiadora" en vez de "ahora no puedo ir a sacar copias, tengo que terminar un informe sobre el conflicto identitario de los habitantes de Londres, Catamarca".


O ponganlé, cuando nos invitan a ir a un lugar al que no queremos ir. ¿No es más fácil decir "no hay nadie que me motive para ir" o "prefiero meter la mano en un frasco de brea caliente con pedacitos de vidrios rotos" en vez de "me salió un afta calcificada en el esternocleidomastoideo y necesito buscar un especialista en la cartilla de Osecac"? Yo creo que sí.



Duelo de estrategias, es una competencia ardua para ver quién es el mejor haciéndose el boludo. Adivinen quién. Sí, el más boludo.

martes, 20 de julio de 2010

El brindis

Me anunciaron un casamiento hace poco. Me pone contento por dos cosas: primero por los que se casan, y segundo porque puedo usar el traje que me compré. Comprarse un traje y no usarlo es una sensación muy rara. Digo, los hombres no estamos acostumbrados a tener ropa que no usamos. O por lo menos yo. Casi sin estrenar. Porque no da ir a comer pizza con traje. O ir al super de traje únicamente para usarlo. Es raro porque está condicionado a una situación, un evento. No es que te vestís como querés; vas de traje si la ocasión te lo pide. No se a ustedes pero a mi jamás me ha pedido nada. Así me visto...

En fin, jodía con el futuro casado con que podría hacer un monólogo en la fiesta. Ni hablar que no me animo a hacerlo. Una cosa es escribir boludeces acá y tratar de hacerme el gracioso y otra es poner la cara y el cuerpo en un lugar cerrado con gente alcoholizada y con un montón de cuchillos a la mano. O alimentos salsosos que podrían arruinar mi nuevo traje. Pero bueno, la cosa es que se me ocurrió hacer una lista de chistes que no deberían hacerse en un casamiento. Iba a decir por decoro. Pero si la boda no es de alguien del Kennedy no tiene mucho sentido. 

- Con las hermanas de los novios no se jode. Mucho menos si están buenas. Muchísimo menos si tuviste algo que ver con alguna. Muchsimísimo menos si los novios son hijos únicos.
- Las anécdotas con el novio durante la adolescencia (tardía o no) son graciosas para vos y para él, pero en otro momento. Al resto del mundo no le interesan. Mucho menos si hay vómitos en ellas.
- Tampoco se jode con el catering. No te olvides que te traen comida a cada rato.
- En serio, el vómito de Mar Chiquita 99 arriba del gordo que tomaba sol no da. Mirá si justo está de invitado, el mundo es un pañuelo y podés terminar hecho moco.
- Poca gente tiene humor negro. Dejá a la tía vieja tranquila porque si se llega a morir antes de que llegue el carnaval carioca no vas a saber dónde meterte y de cajón que terminás en el velorio por culpa.
- Si hay muchos invitados que se dedican a la contabilidad dejá de lado los juegos de palabras. Si es una boda gay de contadores el chiste de activo y pasivo no va. 
- Todos sabemos que los padres de los novios terminan remamados. Anunciarlo antes de que suceda puede tener un efecto contraproducente. Se van a mamar igual pero capaz que les pega el pedo violento con vos.
- Si es un matrimonio entre personas del mismo sexo y hay asado, cuando pidas matrimonio aclará. Antes todos entendíamos chorizo y morcilla. Ahora pueden ser los 2 chorizos o las 2 morcillas. Ése fue el primer matrimonio entre dos falos y nadie hizo una marcha vestido de holandés por eso.

Por último, pero no por ello menos importante, no te olvides de apelar a la memoria emotiva. Si el chiste no hizo mella entre la audiencia puede ser que te hayas confundido de salón y estés en un velorio. Y siempre se puede citar a Evita, al general o a Wilkins. Sopa de caracol. Buscá la emoción para lograr el aplauso. Contá que siempre supiste que encontraría a algiuen como ella aunque haya sido un bepi consecuencia de 1 noche de exceso de grapa y pochoclo. El silencio no es la peor reacción posible, pero si están aplaudiendo tienen las manos ocupadas y no te pueden tirar con nada. 

Cerrá con una frase que a nadie le caiga mal, aunque siempre hay un forro. "Coman rico y manejen con cuidado. Y Que vivan los novios, porque si no esto es un desastre y hay que llamar a cochería Paraná".

viernes, 16 de julio de 2010

Redes amigas y paranoia

Esto de la modernidad teconlógica se pone cada vez más complicado. Algunos se resisten y quedaron en el tiempo y otros nos adaptamos como podemos y cuando podemos. Tengo gente conocida que hace muy poco se compró un pager. Y mi vecino quiere un puerto USB porque quiere navegar por Internet (sic).

Igual últimamente lo que se usa es el tema de las redes sociales. Feo ¿no? Digo, el concepto de red en realidad me lleva a pensar en divisiones, no en conjuntos. La red de voley, de tenis. Pero bueno, supongo que se llaman así porque conectan y engloban. Ahora bien, podrían llamarse magos o payasos sociales. Porque los payasos hacen figuras con globos. ¿Acaso eso no es también englobar?

De las redes sociales más conocidas se puede hablar mucho. Pero yo no sé demasiado. Facebook es una especie de cuaderno o álbum de figuritas con hipervínculos (links). Iba a decir una especie de diario íntimo pero mucho de íntimo no tiene. Podés publicar cosas en tu muro (de nuevo la idea de obstáculo o división) y que otros vean, lean y/o comenten. Podés decir que algo te gusta para después decir que ya no te gusta. Y podés comentar. Te sentís Macaya Márquez por un rato. Además hay amigos. Eso merece párrafo aparte.

Párrafo aparte para los "amigos" de Facebook: ¿notaron que ahora se usa el término amigo para gente que no conocés? Lapegüe te dice amigo. Tarjeta naranja te dice amigo. El trapito que cuida el auto te dice amigo. Fuera de que no somos amigos, ¿qué se quiere decir? Antes a alguien le decías "jefe", "maestro", "capo". Eran sustantivos que mostraban no solo respeto sino también una cierta distancia (no quiero hablar de jerarquías porque los capos no eran personajes muy agradables). En fin, había una intención de acercar pero a la vez cierta distancia. Hasta el "mostro" era así. Hoy cuando te dicen amigo no sabés si te lo dicen cariñosamente o te están diciendo que sos un pene. Ah... sos re pija por pensar eso. No, no soy re pija, es una verga tener esa duda, porque no sabés si es un palo y te la tenés que fumar. O no, como yo que le dije al "seguridad" de Soda Stereo en River "yo no soy tu amigo". Me dedicó una sonrisa hermosa.

Twitter tiene otro concepto. Alguien escribe una frase breve y los demás lo siguen. No es recomendable para personas paranóicas o con delirios de persecución. Me pregunto si se pueden dejar miguitas de pan para que te sigan. O prometer que no vas a defraudar a nadie. Qué miedo. Ya me enredé.

miércoles, 14 de julio de 2010

El gran protagonista

Finiquitado el asunto que nos mantuvo pendientes de la TV durante 1 mes o casi, noto que hay otro gran protagonista que se erige (me encanta esa palabra) en iniciador de conversaciones con conocidos y extraños. Por contradictorio que suene, sirve muchas veces para romper el hielo. Sí, me refiero al frío. 

Muchas veces he pensado sobre el tema. No sobre el frío específicamente (también llamado ausencia de calor), sino sobre los motivos que lo ponen como tema de conversación. No sé, digo yo, ya deberíamos estar acostumbrados a tenerlo en invierno. Cada año viene y hace. Y cada año es tapa de diarios, revistas, asados e inodoros. Ah no, eso era de otro post (ver La cueva del tiempo). Bueno, creo que se entendió su desmedido protagonismo.
Y pienso entonces ¿por qué hablamos sobre el frío? No digan que es porque no hay otros temas. Ni para enfriar la economía. Porque temas hay. Está el asunto del matrimonio "gay". No entiendo qué es eso. ¿O acaso se habla de matrimonio "filatelista" o "aeromodelista"? Es un matrimonio entre 2 personas mayores de edad y con voluntad. Nadie hizo una marcha contra la boda de Adelfa y el marmota Reinaldo. Y todos sabíamos por qué lo hacían. ¡Él quería heredar el vestido!

Otro tema, también tiene que ver con el frío, es la ley de glaciares. Que se iba a debatir hoy pero no se en qué habrá quedado después del lío que se armó con las marchas a favor y en contra del matrimonio "gay".

Bueno, vuelvo al tema del frío. ¿Por qué hablamos de él? Sencillo, el clima es de las pocas cosas que todos tenemos en común. Y aparte no es un tópico demasiado conflictivo. Hay fanatismos y posiciones encontradas, pero difícilmente alguien diga "los  que bancan al frío son todos putos y los vamo a matar". O "estoy absolutamente en contra del frío y voy a presentar un recurso de amparo en la Suprema Corte porque ha incrementado su patrimonio en los últimos años". Aparte el tema es como que queda ahí. Alguien comenta "¡qué frío que hace!" y otro se solidariza y continúa la profunda línea argumental con un "¡no puede ser el frío que hace!". ¿Cómo que no? Estamos en invierno. Hemisferio sur. Ni que viviéramos en el Caribe...

Hay algunos que dicen obviedades muy divertidas sobre el frío: "es inhumano este frío". Y... sí. Lo único humano que hay en la Naturaleza somos nosotros, animal. Y a veces. Si tenés frío ponete la capa de tu tío. Y si tu tío no es superhéroe, pedísela a Ángel. Que aunque no es cobarde es Cappa.

Voy a dar por cerrado el tema, tengo frío en la yema de los dedos y con guantes no sé escribir. Un frío de los huevos: en las yemas, aunque lo que se pone a punto de nieve son las claras. Brrrr.

miércoles, 7 de julio de 2010

Palermo, la película que no fue

Aclaración: el siguiente texto fue escrito antes de que Brasil perdiera con Holanda. Como ya no se iba a dar la final anticipada se podía publicar. No lo hice por cábala, a lo mejor Argentina llegaba con otro rival. La cábala no bastó. Así que ya puedo publicar esto.


Después de lo que pasó en el partido contra Grecia me di cuenta de que a veces se lo que va a pasar antes de que suceda. No es una certeza pero siento que así será, ya me ha pasado muchas veces con diferentes cosas que he vivido. Y a veces cuando pasa ni me acuerdo que "ya lo sabía" porque está tan naturalizado que no esperaba otra cosa.

Cuestión que muchos sabíamos que Palermo iba a entrar y a meter un gol. Especialmente porque después de la media vuelta que hizo 2 minutos antes varios le gritamos "burro". Pero así es él, al toque nos tapó la boca. Tengo que decir que ver a su hermano llorando en la tribuna me emocionó. No se si alguna vez me había pasado eso. Es lo que genera Palermo. 

Entonces me quedé pensando en qué podría pasarle a Palermo en lo que queda del mundial. Y la verdad es que cualquier cosa. Porque es cierto que su vida parece una película que él mismo escribe en tiempo real. Es guionista y protagonista. No puede ser la última, falta más. 

Me imagino una final con Brasil. Sufrir. Una agonía, esperar los penales como última opción y a varios jugadores amonestados y al límite de la expulsión. Tiros en los palos, la mano de Maradona más aferrada que nunca al rosario y un Verón extenuado que sale para dejarle el lugar a él. Masche expulsado por doble amarilla y todos en un arco. Gol de Brasil anulado por off side. Y después, como en el minuto 93, bajo la lluvia, como contra Perú, viene él. En offside, o con la mano. Tal vez de casualidad o uno de esos goles raros que hace. Metiéndola como sea. Desahogo, locura y al carajo. Todo al carajo.

Maicon persiguiendo al árbitro, Kaká llorando y Luiz Fabiano peleándose con Samuel. Maradona panzeando el estadio de un lado al otro. Mancuso y Enrique tirándose atrás de él como si fueran una escuadra de hidroaviones que acuatizan. Bilardo salta de la tribuna y se rompe una pata. Messi mira a Palermo y no entiende cómo hace, qué tiene. Palermo con los dos puños cerrados arriba de la cabeza y un montón de jugadores corriendo como locos sin saber a quién abrazar, sin poder parar. Sin saber qué hacer.

En Argentina sería parecido, con gente que salta frente a la tele y otros que se paran sobre el sillón. Salen a la calle, se tiran arriba de los autos. Los pocos autos que andan dando vueltas. Muchos que tocan bocina. Autos que chocan, millones que cantan y muchos que lloran de alegría. Hormigueros de personas yendo al Obelisco; a las plazas. Maradona desencajado, al borde del infarto grita "Pelé, la tenés adentro y debutaste con un pibe".  Se va en lo más alto. Mejor imposible.

Volverán al país con copa y sin él. Alegría inmensa y tristeza infinita. Banderas de Evita y de Diego. Todos los nenes nacidos durante 2010 se llamarán Diego o Martín. O Diego Martín. La contradicción que siempre tenemos pujando por imponerse. Festejar o llorar. Y el último capítulo de la película de Palermo lo tiene como sucesor del máximo mito real argentino.

martes, 6 de julio de 2010

Los martes

Marte era el dios de la guerra para los romanos. No se si Miguel y Gerardo lo veneran pero a mi mucho el día no me gusta. Es verdad que no es tan malo como un lunes pero no por eso me conformo. En mi historia personal siempre fue el día largo. Si no era la facu alguna otra actividad lo estiraba y hacía que dure mucho. Tal vez demasiado. Tiene un dejo de obligatorio.

Marte es también el planeta rojo y no hablo de comunismo. Aunque sería interesante tener un día comunista entre los de la semana. Para equilibrar un poco digo. El sábado podría ser el más anarquista de todos. ¿Cómo sería una guerra fría entre los días de la semana? ¿Por qué tenemos planeta rojo y no colorado? Misiones, por ejemplo, es conocida como la tierra colorada. Y no creo que sea porque sus habitantes sean tímidos. Por el contrario, deberían tener mucho coraje para cumplir misiones.

Martes es un poco resignado. No tiene la sensación cuesta arriba del lunes ni el equilibrio del miércoles. Si lo quieren comparar con ir en auto sería una subida pero cuando ya pusiste segunda, tenés un poco de envión. El lunes vas en primera y el miércoles casi llegaste arriba de todo. Los martes nadie empieza nada. Ni termina. Son un poco como el relleno de la semana. Pongamos que la semana es un raviol. Bueno, lunes es tapa, martes, miércoles y jueves el relleno. Viernes la otra tapa.

Los martes son medio de transición entre el ocio del domingo y el comienzo de la euforia pre fin de semana de los jueves. No le puedo encontrar nada bueno más que haber pasado el lunes. Al final me parece que el martes es un día de miércoles.

jueves, 1 de julio de 2010

100 entradas

No tenía nada especial preparado para la ocasión y recién me di cuenta de que esta es la entrada número 100 de mi blog. Iba a escribir algo sobre el aburrimiento, pero me aburrí. Como no tengo nada preparado voy a ver si consigo algo hecho por alguien. Mientras tanto quiero festejar las 100 entradas de mi blog con ustedes, mis lectores frecuentes, ocasionales y leales. ¿Ves María? no me olvidé de vos, ¡que lo tiró! ¿Qué hago con 100?

Cien entradas debe tener el Gordo Valor. Algún shopping gigante que todavía no conozco ni deseo conocer. Cien entradas deben tener varios barras para revender. No se si tendrá entradas para el partido pero hay un jugador francés que se llama Essien. Ah, claro, algún suicida pensará volarse la cabeza con un tiro en la sien.

Hay una radio que es la cien. Suena a pelo lacio en alemán. No puedo dejar de relacionar todo con el fútbol. Cien, sien, si entra la pelota ¡ganamos! Washington y Roca están en el billete de 100. Solo que a uno le gusta Alcides y al otro Grog. "Verde que te quiero verdeeeeeeeeeeeeee". Hay una peli que merece ser mencionada, La ciénaga. No la vi, pero me suena a aburrida. O cien veces no debo. Creo que aplicaría para mi blog. Lévantate y anda creo que le dijeron a Lázaro. Siéntate debería decir yo. 

Felices 100 pensamientos y malvones.