Ni idea dónde voy pero seguime

viernes, 30 de julio de 2010

Literalismo lingüístico

No es mi intención burlarme de quien no maneja otro idioma, pero la anécdota bien vale la pena por su simpatía y frescura. Un compañero de trabajo estaba en un "call" con una persona que vive y trabaja en Inglaterra. 

Hablaban en inglés medio a boca de jarra. A los manotazos limpios; chapoteando con portuñol angolsificado, pero se entendían. Al rato, después de unas cuantas dudas, -algún que otro ehhhh se, yes, oui- le quiere pasar con otro compañero que trabaja en la oficina de Buenos Aires. Y le tiró: "Ok, I give you with Seba". Yo no sé si el flaco le entendió, pero a mí me hizo reír.


A partir de eso me puse a pensar en la literalidad que pocas veces aplicamos e interpretamos. Tengo un amigo, por ejemplo, que me pregunta "¿qué hacés?" en vez de "¿cómo estás?". Y claro, literal y básico como soy, yo le respondo lo que hago en ese momento. "Como queso" creo que fue la última. Y no es por ser gracioso o irónico, soy literal. Solamente.

Por supuesto no es la misma literalidad que la de un marinero o una marinera. Las marineras que no son galletas pueden ser camas y ahí radica su posibilidad de literalidad (en términos de literas). Los marineros son muy buenos con el lenguaje: anclan sentido fácilmente.

Sí, es cierto que a veces exagero un poco, pero es por inseguridad. A mí me gusta hacer las cosas bien. Entonces, si alguien me pide por ejemplo que le sirva gaseosa en su vaso yo le pregunto "¿cuánto?". Nadie me responde medio vaso. O vaso lleno. "Un poquito". Uh, cagamos, ¿cuánto es un poquito para vos y cuánto es un poquito para mí? Generalmente me doy cuenta porque me ponen cara de orto cuando mi poquito es poco para su poquito. Encontré una forma de saber: sirvo hasta que me dicen basta. Después, soy inútil.


Me pasó también en España. Quería ir a un lugar que quedaba a cierta distancia de donde yo estaba parado. Iba a ir caminando. Andando, dicen ellos, y le pregunté a una mujer de unos 65 años digamos. Mos. En fin. La mujer me respondió: "A unos 15 minutos andando". La miré y le dije sin ánimo de ofender sino más bien con intención de obtener precisión "¿andando a su ritmo o al mío?". Otra vez cara de culo. No entiendo porqué la gente se molesta cuando uno trata de precisar.


Precisamente preciso precisar porque temo ser impreciso. Y la imprecisión precisa precisión para ser menos insoportable. Pero al final resulta que la precisión molesta a quienes no son precisos. Bueno che, yo preciso precisión. Soy preciso. Aunque me hubiera gustado ser precioso. ¡Cómo te cambia la vida una o!

3 comentarios:

Carlitos Tevez dijo...

Y.. ies is complicated spikin ingliy

Jennifer Amapola Banfrula dijo...

jejejje, está genial saber cuál es la vara del otro. Aunque se ofusquen y te metan la vara en el orto.
¿Querés la O? te doy la O.

Br1 dijo...

Jennifer: creo que justamente prefiero no darle mi O a nadie, mucho menos si dicho nadie tiene una vara y es garrochista.