Ni idea dónde voy pero seguime

lunes, 31 de diciembre de 2012

Infeliz año nuevo

Me perdonarán por pecar de nostálgico o incrédulo pero yo creo que nos equivocamos hasta ahora. Año tras año escucho deseos, augurios, palabras y frases que piden que el siguiente año sea bueno, feliz, increíble, mejor, etcétera. Mi pregunta es ¿no estaremos siendo supersticiosos? Desear un feliz año a otro es obvio. Si estás con la gente que querés y te quiere, ¿cómo no desearles lo bueno? 

Pensémoslo por un segundo. Sé que va contra la tradición pero ¿qué pasa si en vez de esperar algo del futuro valoramos el presente y el pasado? En realidad, mal que nos pese, nadie puede conocer su futuro. Pero todos podemos conocer nuestro pasado. Ahí hay un punto. Sí, por ahí es demasiado empírico mi planteo pero no por eso deja de ser cierto.

No se confundan, tampoco es cuestión de "dejarlo librado al azar". ¿O será que siempre es un poco así? Yo pienso esto. Cada año escucho lamentos y pedidos desesperados por que el año en curso se vaya o termine. ¿Y cómo había empezado? Con buenos augurios y deseos. ¿Entonces funciona? ¿Y eso de cambiar el estímulo para obtener un resultado distinto? No lo sé. No soy quién para develar el misterio pero sí les puedo decir algo: se puede mejorar desde bajar las expectativas.

"Ojalá que este año sea el peor de mi vida". Después transcurre el año y a lo mejor no es el peor. Entonces la percepción será que fue mejor de lo esperado. A lo mejor podemos usar la negatividad en nuestro favor. O no esperar nada. ¿Por qué siempre hay que estar mejor? ¿De dónde salió ese mandato? ¿No se puede estar igual? ¿No se puede no esperar nada? A mí no me gusta esa ansiedad mezclada con pretendida omnipotencia.

Entonces podemos saludar primero con desearnos lo peor para el año próximo (sabiendo que no será así con lo cual lo que se desea es que el otro tenga una experiencia mejor que la esperada para que la sensación sea positiva) y referirnos al que se fue. 

El adjetivo de feliz para un año solo debería usarse para un balance. Por ejemplo, ahora deberíamos poder decir "feliz 2012, incierto 2013". 

Yo no sé qué esperar para 2013. Qué venga lo que venga y ya veremos qué pasa. Acá te espero, infeliz.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Policial duro

Yo lo tenía bien planeado. Sí, por supuesto. Lo reconozco. No aguantaba más. Quería sacarme la angustia y la única forma que se me ocurrió fue esa. No, no me parece bien. Tampoco sé si me arrepiento, es lo que me salió hacer. Bueno, tampoco creo que haya tenido otra opción mejor. ¿Cómo? ¿Que por qué no pedí ayuda? No sé, no lo pensé. Sí, acabo de decir que lo tenía planeado. Lo que no calculé fue el resultado, la reacción. Y sí. Yo esperaba que fuera de otra forma. No esperaba llegar a tanto. Una resistencia, culpa. Algo. Porque sí. Porque soy así. Y qué se yo.

Y ahora tengo que hacer 48 horas de dieta por haberme morfado yo solo 7 turrones.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Instrucciones para generar una pelea sin razones

A veces puede pasar que usted tenga ganas de pelear. Por el mero placer de ver cómo el otro se enoja poco a poco. Sube su nivel de bronca e indignación hasta el límite y trata de aplacarlo un poco para no pasarse de la raya de los buenos modales. Llévelo hasta ahí, déjelo bajar un poco y luego aplique suavemente la frase detonante que lo hará sobrepasar esa raya grandemente. 

Haga una pregunta o comentario simple. Por ejemplo "parece que va a llover". Luego de esto comience a preguntarle a su interlocutor sobre su vida. No lo deje terminar las frases y lance la siguiente pregunta interrumpiéndolo. Esto aviva la sensación de que a usted no le importa lo que diga él o ella. Y tendrá así dos motivos para que se irrite: su falta de educación y su falta de interés en lo que diga.

Procure saltar de tema en tema dándole mayor prioridad a los menos importantes. Cuando vea que el interlocutor se detiene para explayarse sobre uno en particular déjelo continuar y luego acote como si asintiera pero coloque una frase carente de sentido. Por ejemplo, si le comentara que su pareja tiene que hacerse un tratamiento de conducto y está preocupada, puede agregar algo como "claro, esas cosas son tremendas. Además te cobran el IVA dos veces si te descuidás. Los de la aduana son muy garcas". 

Observe el gesto. Si la persona se queda en pausa expresiva durante un momento, comenzó a hacer efecto su estrategia. Solo tiene que dar un paso más en su plan. Espere una nueva oportunidad y cuando vea que comienza a disiparse la ira incipiente, mire para el costado y cambie radicalmente de tema, como si no le importara (en realidad no le importa) lo que diga el otro. Es muy efectivo volver a meter el bocadillo del inicio. Así, veamos un ejemplo completo.

I: Y está asustada porque la última vez que le hicieron un tratamiento de conducto le dolió mucho porque
Y: ¿Cuánto cuesta eso?
I: ¿El tratamiento?
Y: Claro.
I: X pesos. El tema es que ella tiene las encías muy sensibles por el tema de...
Y: Es un montón, yo por esa plata me saco la muela y fue.
I: (silencio)
Y: ¿Te interrumpí?
I: Sí.
Y: Bueno. ¿Me decías?
I: Que tiene las encías sensibles por el tema de...
Y: Parece que va a llover...
I: (silencio)
Y: (silencio)

Es importante también que usted se coloque siempre en el lugar del que sabe. O en su defecto que le indique todos los problemas que va a tener. Haga foco siempre en lo negativo. No le dé ánimo. Eso lo hacen los demás.

Si con todo lo anterior su interlocutor no cede a la tentación de enojarse y comenzar a discutir, procure perjurar datos sobre la vida del otro como si no supiera quién es. Cuanto más ridículo sea, mejor. Y si no puede, invente. Por ejemplo: "Tu abuelo falleció el día en que vos te sacaste un 3 en contabilidad. Lo recuerdo porque siempre fuiste un burro en las materias contables" -Pero yo no fui a bachiller, hice industrial- "No discutas, sé perfectamente lo que hiciste".

Así, amigos, pueden seguir los consejos dados para generar una discusión o pelea. Lo importante: váyanse antes de que la cosa pase a mayores.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Entendernos

A veces me gustaría que mi perro supiera hablar. No sé, le preguntaría un montón de cosas. Intentaría explicarle que no le va a pasar nada con los petardos, que no le conviene ir a pelearse con el dogo de Burdeos de la vuelta de casa porque pesa 5 veces él. Le preguntaría si me extrañó.

A lo mejor me podría decir que me extrañó. O que no tiene hambre. O que tiene ganas de ir a pasear. Que le dio mejor resultado la pipeta de la otra marca y que le pica todo por los mosquitos asesinos. Y a tal vez empezarían los reproches. ¿Quién sabe? 

W: Te fuiste mucho tiempo y me aburrí.
B: Pero te dejé la radio.
W: No me gusta escuchar radio para humanos. Hablan de temas que a mí no me interesan.
B: Ah perdón, el señor está más allá de los humanos.
W: Y sí, gil. ¿O vos te pensás que me preocupa una fragata varada en Ghana?
B: Ok, la próxima vez te dejo la tele.
W: Bueno, pero no me dejes Cartoon Network. Eso es para nenes.
B: Bueno, te dejo Animal Planet.
W: ¿No te parece que ya sé suficiente sobre animales?
B: ¿Qué carajo querés ver entonces?
W: Y no sé, dejame algún canal de cine. Por ahí engancho alguna de James Bond. Algo de acción, ¿entendés?
B: Sí. 
W: ¿Sí qué?
B: Sí, perro.
W: Así me gusta.

Después me doy cuenta de que aunque no hable se hace entender con gestos. Me mira para jugar. Me pone la cabeza en la pierna cuando quiere mimos. Empuja el plato para comer y busca su correa en el cajón para ir a pasear. ¿Para qué necesitaría hablar? A su manera, él se hace entender.

A veces pienso que el equivocado soy yo, que trato de que me entienda cuando le hablo en vez de usar gestos como hace él. Es como pedirle a un sordomudo que te hable en vez de aprender el lenguaje de señas.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Hablemos más tarde

Ring, ring. Ring. Ring. Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing.
—Ringtone del orto, tengo que cambiarlo. Hola. Sí. Bien. ¿Vos? Bueno, qué suerte. Sí, dale, nos vemos más tar... Ah, me olvidaba, hablemos de algo más tarde. No, no pasa nada mal... Sí, en serio. Porque no. No, ahora no. No tengo ganas. Dale. Te jur... Pero te digo que no. Pero puta madre. Carajo, no me rompas las pelotas. Dale. Chau. Chau.—.

Ahí suena. Suena. ¿Por qué no me atiende? Siempre atiende enseguida. ¡Hola! ¿Estás bien? Yo también. Te llamé porque vi un pájaro carpitnero. Relindo. ¿Nos vemos hoy? ¿Hablar de qué? ¿Es algo malo? ¿De verdad? ¿Y por qué  no me lo decís ahora si no es malo? Dale, contame. Me preocupo. Bueno, jurame que no es nada grave. ¿Tenés a otra? ¿Te enojaste conmigo por algo? Por favor decime, no me dejes así. Bueno, bueno, che, tampoco te enojes. Chau. Bueno, chau.

Uh me tengo que acordar de ir a comprar el repuesto para el timbre. Porque ya veo que me olvido y cuando venga la gente el 24 no voy a saber cuando estén.

Me va a dejar. Tiene a otra. Sí, no. No me lo dijo pero lo sé. No hace falta que lo diga. Lo conozco bien. Y está embarazada. Obvio. Por eso me dijo hablemos más tarde. Bancame porfi bancame. Me voy a tu casa unos días. Dale. Hablo y te cuento pero esperame con helado y muchos pañuelitos.

—Hola
Hola
—¿Qué te pasa?
Nada
—¿Nada?
No. Nada.
—Si no te pasa nada es que estás muerta.
Estoy muerta. De miedo. ¿Qué es lo que pasa?
—¿De qué hablás? ¿Y ese bolso?
Me voy a dormir a lo de mi vieja. Me dijiste hoy "hablemos más tarde".
—¿Yo dije eso?
Sí. ¿No te acordás?
—Sí.
¿Y?
—Y no me acuerdo...
¿Cómo? Me dijiste que sí.
—No, sí. Bueno. Sí pero no me acuerdo de qué quería que habláramos.
No seas así. No juegues conmigo.
—No juego. De verd... Ah, pará, ya sé.
¿Te acordaste?
—Sí.
Bueno, dale. Largá.
—Te quería decir que no quiero ir al bautismo. No me gustan las iglesias.
¿Eso era?
—Sí. ¿Te molesta?
No. Bueno, sí. No sé. No eso, me molesta haberme preocupado así por algo tan tonto.
—¿Tonto? Pensé que querías que te acompañara.
No. Sí. Bueno. Quería pero no hay problema si no querés venir. Bancame un minuto que tengo que hacer un llamadito que mi vieja me dijo que...

Qué raras que son las minas. Te dicen que no se enojan pero se van a dormir a lo de la madre porque no vas a un bautismo.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Letra chica

Todos tenemos una letra chica. Esas cláusulas que nadie concoe hasta que se encuentra con ellas. La mayoría son innegociables. Y por tanto, determinantes. Son las que pueden separar personas, alejar amistades, empañar felicidades. O hacernos parecer locos o insoportables.

Nadie pide leerla cuando conoce a alguien. No sería una situación muy feliz. Imaginate en un bar con amigos. Toman algo y de repente, a 10 metros, ves a una morocha hermosa que te hace frenar la vista como la bolilla de la ruleta cuando queda fija en un número. La mirás. La mirás sin pestañear. La mirás de arriba a abajo mientras pensás qué decirle. Apurás el Fernet y corrés la silla con la pierna, sin mirarla. Vas. Vas hacia ella que espera en la barra. Parece alta. Pelo lacio. Negro como la noche en el campo. Los ojos almendra clavados en vos. No te apichonás. Ya está. 

Llegaste. Apoyás la mano en la barra y la saludás. —Hola—. Muerde el labio inferior, sonríe y te contesta "Hola". —¿Cómo te llamás—. "Euge". —Hola, Euge. Sos muy linda. ¿Qué dice tu letra chica?—. "Bueno, mirá. Tengo conflictos con mi viejo. Nunca estuvo muy presente así que la verdad es que busco a un hombre que un poco ocupe ese rol de padre. De adolescente tuve depresiones serias por eso así que cada tanto se me da por pegarme un par de pastillazos para ver si palmo y dejo de sufrir. Además mi vieja no me cae bien porque se hace la pendeja y una vez me sacó un novio. Bah, se lo curtió. Así que no vas a conocer nunca a mi vieja. Mi viejo se fue. No sé dónde vive. Tengo fobia a las polillas y soy fanática de los tatuajes. Así que me voy a tatuar la muñeca o el hombro. Algo en chino para que nadie lo entienda. Porque yo quiero eso. Que la gente me admire, me siga pero que no me entienda. ¿Y vos?".

—Yo no estoy maduro para encarar una relación porque todavía no resolví el vínculo con mi mamá. Vivo con ella aunque tengo 37 años porque está muy sola porque mi viejo solo se dedica a trabajar y a mantener a su amante. Hace 20 años que sale con la amante. Lo sabemos todos pero lo callamos porque hay cosas que es mejor no enfrentar. Y mi vieja sufre en silencio. Bueno, en realidad aprovecha eso para victimizarse. Es hipocondríaca y cada tanto se hace internar como para darle culpa a mi viejo. Porque yo me enojo con él. Entonces mi mamá en realidad nos manipula a los dos con su salud y con el tema de que se va a quedar sola. Siempre me saboteó las relaciones porque en lo profundo piensa que soy el único hombre que puede ser incondicional para ella. Pero yo estoy medio hinchado las bolas ya así que empecé a a tener algunas pulsiones asesinas hacia ella. Por ejemplo le regalé un día de spa que queda en Fátima, cerca de donde hay unos apicultores. Ella es alérgica mal a las abejas así que por ahí tengo suerte y se muere de alergia. Yo me libero, ella también y nadie va a la cárcel. El tema es la culpa que me daría. Pero bueno, lo voy viendo".

La letra chica se puede ver con un espejo. Está chiquita, muy muy chiquita abajo del nombre. Hagan la prueba: pídanle a alguien que escriba su nombre y pongan el papel frente a un espejo un 29 de febrero a las 23.15 con una vela amarilla como iluminación.

Qué comí ayer

Así de frívola va a ser esta entrada de mi blog. No te vas a reír. No vas a llorar. A lo sumo dirás "qué me importa". Pero bué, es lo que quería compartir hoy.

Desayuno
Muffin de vainilla relleno con dulce de leche. Bien frío. Cantidad: 1.
Galletitas pepas acompañadas de mate. Cantidad: indeterminada. Menos de un paquete.

Almuerzo
Capellettinis de verdura con salsa de tomate. Cantidad: 1 plato no lleno. Sin pan.
Alfajor Jorgelín triple (como debe ser) de chocolate. Cantidad: 1.

Merienda
Criollos/libritos con mate. Cantidad: 2. De los de grasa.

Merienda II
Manzana roja. Cantidad: 1. Compartida con Wakko (3/4 yo 1/4 él).

Cena
Ensalada de chauchas con huevo duro. Cantidad: 2 huevos. Chauchas no las conté.
Zanahoria rallada. Cantidad: un tenedor pinchado lleno. Menos las que se cayeron desde el bowl hasta el plato.
Salchicha alemana grande. De las de verdad, no las chiquititas. Cantidad: 1.

Postre
Mantecol bañado en chocolate relleno con almendras. Cantidad: inverificable. Algunos pedacitos.

martes, 4 de diciembre de 2012

Me TOCó ser así


Yo sé bien que soy obsesivo. A veces no me gusta serlo pero al menos me tranquiliza saber que no soy esquizofrénico. Debo ser justo conmigo y con mi psicóloga y contarles que he mejorado mucho. Sí, sí.

Antes, por ejemplo, me ponía muy mal si se me rompía el vaso. Muy. No por lo que cueste ni por tener que juntar los vidrios. El descuido me jodía. El error. Me amargaba. Ni que hablar si me quedaba dormido. En vez de disfrutar de los minutos extra que había torrado, me ponía mal por haberme equivocado.

No me gustaba sacarme notas con número impar. Prefería un 8 antes que un 9. Será porque cumplo en día par y nací en año bisiesto. Que además de par termina en cero. Es más fácil calcular tu edad. Llegué a no pisar las líneas de las baldosas, las de brea en la calle.

Después me obsesioné con la plata. Como no tenía trabajo, en un momento, cuando iba a la facultad y cursaba 6 horas (con 2 de alpinismo en el medio), tomaba agua en el baño y no comía hasta que volvía a casa. Ahora lo pienso y no sé cómo hacía pero no gastaba un centavo. Cursaba de 13 a 15. De 17 a 19 y de 19 a 21. Sin comer. Tenía calculada la plata como para la carrera en los años que me faltaban por si no conseguía trabajo.

Sabía muchos números de teléfono de memoria. Todavía recuerdo algunos. Direcciones de lugares a los que hace no menos de 10 años que no voy. Fechas de cumpleaños de algunos  compañeros de primaria. Obvio que de la secundaria también. Recuerdo hasta cómo nos sentábamos los 16 alumnos de 5º año. Hace un año tuve que cambiar un regalo que me habían hecho unos amigos y me sabía el DNI de 2 de 3. El otro no me lo acordaba por 1 número.

No puedo olvidarme de las cosas a propósito pero creo que un poco aflojé. Ya no anoto los centavos en los gastos del mes (y hasta redondeo como me pinta ese día). Cada tanto escribo y no corrijo y sale como sale. Dejé de corregir a la gente cuando habla mal y dice "si yo iría a tal lugar". A veces me cuesta quedarme callado, lo reconozco pero se hace lo que se puede para no ser tan insoportable.

Pasé por la de optimizar el tiempo también. Por ejemplo poner el agua para el mate mientras me baño para que esté cuando termino. O poner ropa a lavar mientras saco al perro y que esté cuando volvemos. Saber que si hoy no me iba a sacar sangre podía tener problemas -el turno con el médico es el 26 pero ya calculé las próximas semanas-. Cuando camino, cruzo siempre según como vayan a cambiar los semáforos. O sea, según vea cruzo la boca calle que me conviene para no tener que parar y esperar todo un semáforo. 

Sé que no tengo que ir ni al banco ni al cajero entre el 1 y el 10. Trato de no hacer trámites los lunes porque la gente tiene menos fiada y va más que un martes o un jueves.  

De un tiempo a esta parte mi obsesión son las patentes de los autos. Miro una patente y en dos segundo máximo ya la recuerdo. Y cuento los autos iguales al mío que veo por la calle. No, no tengo un Gol por suerte. Hoy vi 4. 3 negros, como el mío y uno azul, como el que yo quería. Casi todos con patente que empezaba con jota. JEN era uno. JKY era otro. IKW el otro. 

No sé bien qué hacer con tanto TOC. Música a lo mejor.

* Nota: al volver a casa vi otro auto negro igual al mío y otro gris. Lo que totaliza 5 autos del mismo modelo. Ah, la patente del gris era LVF.