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sábado, 20 de febrero de 2010

Lo que mata es la humedá

Llueve otra vez en Buenos Aires. A veces me parece que vivo en Cien años de soledad. No tengo memoria de tanta lluvia y tan seguida. ¿Será que tenían razón con lo del cambio climático? Ah, pero cuantas conversaciones nos permite entablar, ¿no?

¿Por qué será que podés hablar del clima con alguien y no sentirte pelotudo? Digo, es la conversación más intrascendente que puede haber, a menos que seas meteorólogo. Porque no importa si estás de acuerdo o no, es una simple afirmación sobre algo que pasa y la otra persona no discute: llueve. Y sí, yo también veo que llueve. ¿Qué más vas a decir? Uf, tantas cosas.

Ahora bien, es de mala educación responder mal ante una invitación a conversar sobre el clima. Es la frase que rompe el hielo (¿o debería decir que lo derrite?) como ¿de qué signo sos? en un boliche. La rompés. Imaginate si le preguntás eso a un semiólogo. En fin, lo que me gusta de hablar del clima es que igual que el protagonista de la conversación, el tema es imprevisible. Empezaste con el calor insoportable que hace acá y terminás hablando de la falta de responsabilidad de los apicultores de abejas africanas (¿?). Y aparte, no entiendo porqué, siempre uno de los dos estuvo en un lugar más caluroso. Yo me hago cargo, lo reconozco. Cuando alguien se queja del calor de Buenos Aires le hablo del de La Rioja. Es un poco para decirle, "dejá de quejarte, hay peores".

Y el clima siempre está loco. ¡Los locos somos nosotros por pedirle racionalidad a algo que no es humano! ¿Qué pensamos, que el clima nos va a entender? No sabe que lavaste el auto, limpiaste el patio o fuiste a la peluquería a hacerte la toca. Pasan todas esas cosas físicas y llueve. Y no sé si químicas, ya no me acuerdo de nada de química del colegio (por suerte). Las materias de la materia. Bué.

Volviendo al clima, hay una psicosis meteorológica. La tele, los diarios, las radios... Todos hablan de que se inunda Buenos Aires, le echan la culpa a los funcionarios, al Maldonado, a Greenpeace, a Macri. Y el granizo. Desde que granizó cada vez que va a llover hay alerta meteorológico. Digo yo, ¿no es medio tonto pensar que las cosas existen solo a partir de que te pasan? Antes del granizo de 2006 nadie pensaba en eso. No se, es como si ahora cada vez que haga frío pensáramos que va a nevar en Buenos Aires. Y además es noticia. Hacen 38 grados. Hacen 34 grados. Y sí, es verano. Noticia debería ser que hagan 10 grados en verano. El calor es normal en esta época. Llovió mucho y se inundó. Y sí, es lo mismo que si tomaras mucho y no fueras al baño, en algún momento te vas a mear encima porque rebalsa tu capacidad de contener líquidos. Y tu pantalón manchado, tu cara de color bordó y el calor no solo te sube por la cara, también por la pierna. Y ahí sí, lo que mata es la humedá.

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