Ni idea dónde voy pero seguime

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Mentime que me gusta

"Si te digo te miento", me dijo. ¿Cómo es eso? Claro, si me dice, me miente. Si no me dice, no me miente. Y sí, pero no me dice. ¿Y qué no me dice? La mentira. O sea que se calla la verdad. Omite la verdad. Y tal vez por eso el que calla otorga. ¿Y omitir la verdad acaso no es mentir? Si me pongo polarizado (y no me refiero a oscuro) todo lo que no es mentira es verdad y viceversa. Ah, los famosos grises.

Yo pensaba que los grises eran los osos, pero también hay otros. Y está bien que así sea, porque la vida sería demasiado extremista si todo fuera blanco o negro. Pero el tema de la amplitud mental, como todo en la vida, tiene límites. ¿Por qué? Porque no cualquiera te acepta un gris. Si, por ejemplo, viniera una mujer de tu pasado (les hablo a los hombres) y te dijera que tal vez tiene un hijo/a tuyo, ¿aceptarías un tal vez? Hay cosas que son o no son. Sí o no. ¿Sí o no?

Imaginen qué pasaría si cuando un juez o un cura, según su fe preguntase en un casamiento si acepta por esposo/a a XXXX y quien contesta dijera "y... no sé, a veces sí y a veces no". Pasaría de claro a oscuro más rápido de lo que se puede pasar de Claro a Personal o a Movistar.

Es que responder preguntas y salir jugando elegantemente es un arte. Hay quienes tienen diplomacia y quienes se hacen pomada. Y después del Timboi ya nadie lustra los zapatos. Más bien sos un zapato si los lustrás. Y la pomada en un comienzo era negra. ¿Y la Wassington qué colores tenía en su latita? Correcto, como el alfajor de Bagley.

Trabajo en blanco o trabajo en negro. Ahí viene el negro, lo tienen de blanco para sus bromas. Nunca un pibe al que le digan el gris. Nunca un objetivo que sea relativo, secundario, terciario (no pido ya universitario). Lo poco gris que conocí fue el tango. El tango Gris, y el género, que tiene cosa de mezcla gris, como el cemento que gira. Como la barra de scroll de la pantalla de la compu, que es el límite entre la ventana y el afuera. La frontera.

El gris separa afuera y adentro. Une edificios, tierra y aire. Intercede entre el sol y la lluvia. Equilibra el universo. Hasta los osos grises son un intermedio entre los polares y los negros. No como el panda que parece un tablero de ajedrez sin fichas.

Así que la próxima vez que alguien me diga "si te digo te miento" le voy a contestar "ok, te acepto un gris".

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