Ni idea dónde voy pero seguime

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Mañana empiezo


La mentira más frecuente que nos decimos a nosotros mismos es "mañana empiezo". Puede ser la dieta, ir al gimnasio, correr, o ponerse las pilas con algo o alguien. Cualquiera sea la acción, generalmente requiere un cambio de actitud, determinación y, sobre todo, constancia. Ah, qué problema la inconstancia.

Pensemos qué sería de la humanidad si los grandes hombres y mujeres de nuestro planeta no hubieran sido constantes. Todo se reduciría al azar. Colón por ejemplo, podría nunca haber encontrado América. A Edison podría nunca habérsele prendido la lamparita si no hubiera sido constante, testarudo, llámenle como quieran. En realidad creo que la diferencia radica en el resultado: si lo resolvés positivamente sos constante. Si no lo lográs fuiste testarudo. Pero vuelvo a qué hubiese pasado sin constancia. Piensen en las pirámides, la muralla china, el origami. ¡Alguien se tuvo que pasar horas y horas doblando papeles hasta descubrir cómo formar pajaritos! Otro caso podría ser Rockefeller: no se si fue un tipo perseverante pero generó dinero constante y sonante.

¿Qué hubiera pasado si Napoleón hubiera dicho "mañana empiezo a invadir Europa" y no lo hubiera hecho? Y si San Martín hubiera dicho "sé, sé, mañana empiezo a cruzar la Cordillera" y se hubiera quedado tomando mate? O si Louis Amstrong no hubiera decidido ir a la luna... Ah no, era otro Amstrong. ¿Algo que ver con el ciclista capaz? Pero bueno, sea como sea, o mar como mar si hablan inglés, todos alguna vez hemos pasado por el "mañana empiezo". Yo por ejemplo, dije que iba a escribir un post interesante, con investigación y reflexiones profundas y con fundamentos. Y mañana empiezo.

No hay comentarios: