Ni idea dónde voy pero seguime

lunes, 27 de septiembre de 2010

Street crush

Llegué temprano a la oficina.A veces está bueno, en especial los días de sol. Me gusta venir antes porque tengo unos minutos de calma antes de que llegue toda la gente. No es igual prepararme el mate y abrir la ventana mientras reviso los e-mails y tal vez escribo algo para el blog solo que con otras tres personas. Dos son compañía, tres son multitud.

Todo en paz, yo empezaba antes que el lunes y me acomodo mejor cuando es así que cuando llego y el día arrancó mucho antes que yo. De golpe una frenada, los pajaritos se callaron, pausa, ruido a cuellos que giran rápido como para ver un partido de ping pong -fsssss- y el cierre final con un "PUM". ¿Qué tiene de raro un choque en Buenos Aires? me dirán ustedes. Lamentablemente poco, pero lo que sucedió después fue más bien gracioso.

Me asomé a la ventana mientras pensaba que al menos no escuché ningún grito -o sea que nadie se lastimó- y vi cómo un señor y una señorita que cruzaban la calle en diagonal, a mitad de cuadra por supuesto, miraban con suma atención los autos que se habían abollado el uno al otro sin mirar hacia adelante.

Los dos peatones venían en sentido exactamente opuesto desde la vereda de enfrente a donde yo miraba. Formábamos una V siendo ellos los vértices y yo el angulito de abajo. Yo miraba a uno, al otro. Él, unos 40 bien llevados. Traje. Algunas canas, alto, flaco y con barba de 4 días y medio y 3 horas. Ella 30 y largos pero con un aire de adolescente encantador. Ojos marrones redondos y con más brillo que un picaporte recién lustrado. Era inminente que se chocarían mejilla con mejilla o cachete con cachete, sin pechito ni ombligo. ¿Se encontrarán? ¿Será esto el comienzo de una historia de amor que empiece de golpe? Yo podría ser el testigo del nacimiento de un amor de toda la vida. Qué bueno, qué buena manera de empezar una película. Son dos que se chocan por mirar un choque y se descubren iguales, curiosos, y se enamoran. Amor de golpe se podría llamar. Si la vendo a EE.UU le pongo Street Crush.

Sin saberlo, ellos se iban a unir en un abrazo involuntario apenas unos segundos después. Yo sabía lo que iba a pasar y ellos, protagonistas, no. ¡Como en una película! Van a tener 2 hijos, van a vivir en una casa de 2 plantas: una azalea y una Santa Rita. Él la va a besar apenas se miren de frente y se encandilen sus miradas. Me imaginé la frase sublime que él le diría; los diálogos.
- Galán maduro (la toma con fuerza con ambos brazos): Fue mi culpa, disculpame.
- Ella: No te preocupes, no es nada.
- GM: Pero te golpeé sin querer, me preocupa.
- Ella: ¿Fue sin querer? tenés cara de hijo de puta igual.
- GM (descolocado): ¿Perdón?
- Ella: Te estoy jodiendo. Para romper un poco el hielo.
- GM (respirando): Ahhhhhhhh. Pensé que lo decías de verdad. ¿Estás bien entonces? Me voy tranquilo...
- Ella: No, no. Esperá.
- GM: ¿Qué pasó?
- Ella: ¿Qué pasó? Chocamos. Tenemos que intercambiar teléfonos y eso, por el seguro ¿viste?
- GM (sin entender): ¿Segura que estás bien? ¿Te golpeaste la cabeza?
- Ella (sonríe): Sí, y perdí la memoria, ¿cómo te llamabas?
- GM: ¿De verdad me decís? ¿Te llamo un médico?
- Ella (suspirando de resignación): No, flaco, era otro chiste. Estoy bien.

Cada uno seguría caminando en la dirección en que venía. Yo tengo ganas de decirles que prueben de nuevo. ¡Con lo cuesta chocarse con el amor! Los que habían chocado ya se iban en paz y yo miraba la escena como un espectador de lujo. Los protagonistas de mi historia se detuvieron a mitad de la calle. Ella zapatea como hacen los chicos cuando tienen un berrinche y alcancé a escuchar algo de "¿por qué soy tan lanzada?". Y a solo 5 metros de ella, mirando para el otro lado y con la palma de la mano en la frente, él dijo con voz seca: ¡qué pelotudo! Bieeeeeeeeen, pensé yo. ¿Lo escuchó? Me parece que no. Uy, ¿qué hago, me meto? Me contengo; yo soy espectador acá, pero la gente grita en el cine "no vayas, es una trampa" o "siempre creí en ti Superman". Que sea lo que tenga que ser.  Ella lo escuchó. Se da vuelta despacio y su pelo se suspende en el aire como en un comercial de shampoo y le dice con voz de trola regenerada "empecemos de nuevo". Él sonríe como quien pasa el 7 de oro jugando al truco y ladeando la cabeza le dice "te invito un café, linda". ¡Qué capo! ¡Qué galán!

Todo esto habrá durado unos 5 o 6 segundos máximo. Me sorprende la velocidad con que uno puede hacerse la película. Chocaron, efectivamente. Pero las cosas no fueron como imaginé. Él se fue para un lado sin prestarle atención y lo único que dijo fue "qué cagada arrancar un lunes chocando". Ella lo reputeó de arriba a abajo y le echó la culpa por el día de mierda que había empezado. Creo que no había tomado su Activia de hoy.

Yo me alejé de la ventana y volví a trabajar.

5 comentarios:

budin dijo...

Disentiremos en la parte del Activia, yo creo que, por el contrario a tu planteo, la Srita si ha ingerido el yogurthcito.

Mi teoría se basa en que esos laxantes encubiertos no hacen más que malondear toda nuestra existencia, la constipación se te reparte uniformemente y llega a la cara.

Y dejame decirte que cuando eso sucede no hay retorno. Arrancar un lunes con cara de auto chocado, no es casual, sino causal. El choque en si, una mera consecuencia.

Y así descubrimos que la culpa no es de Macri por no organizar el tránsito sino de Mastellone por vender mierda en potecito.

Una cagada.

Br1 dijo...

Budín, no puedo estar más de acuerdo con ud. La cara es el espejo del colon.

Nan Torto dijo...

Estimado lo que creo que sucedió en realidad fue lo siguiente:

Ambos se vieron y se enamoraron de inmediato. Ella estaba a punto de declararsele y vió que desde el otro lado de la calle alguien los miraba y pensó que la iban a tildar de trola. Como pasa todos los días por allí no iba a soportar ser el objeto de las miradas inquisidoras de todos los mirones que llevara el mirón inicial y ante esto decidió perderse al amor de su vida.

El seguro se amargó porque ella le dio esperanzas con la primera mirada pero luego lo abandonó dejándole el corazón roto. Cuando ella se fue, maldijo a los cielos y a la vida mientras veía como un mirón desde la ventana disfrutaba de la tragedia ocurrida.

Algo así más o menos. Sea conciente de las consecuencias de sus actos de mirón.

Br1 dijo...

Nan, estuve tentadísimo de titular esto como La ventana indiscreta, pero pudor y respeto no lo hice. Yo no quise ser fisgón, me tocó ser testigo casual. Como decían en el viejo canal 9. Yo fui testigo.

Anónimo dijo...

¿Era Wanda Nara?