Ni idea dónde voy pero seguime

jueves, 2 de septiembre de 2010

Los dos espejos

No sé si alguna vez intentaron poner un espejo frente a otro. El efecto óptico/visual es infinito. Lo que ves se mete dentro de otro y ese otro dentro de otro y así hasta casi el infinito. Depende de la justeza visual de cada uno.

Fuera del fenómeno que me parece muy bonito, sorprendente y poético, hay otra cosa sobre la que me interesa pensar. Y tiene que ver con lo anterior pero se va un poco por la diagonal. Basta de misterio. Lo que me llama la atención es que cuando hay dos espejos frente a frente, uno dentro del otro y otro dentro de uno, no hay autoreflejo. ¿Qué quiero decir con esto? Bien, si nos miramos al espejo nos vemos reflejados. El espejo, como es un espejo, no. Lo que muestra es al otro espejo que muestra a ese primer espejo, etcétera.

Pensarán que estuve ebrio frente al espejo del baño para darme cuenta de eso y pensarlo. No, pero me hizo pensar en que a veces las personas nos comportamos como los espejos. Nos ponemos frente a frente y en vez de mirarnos en el otro lo reflejamos. Si el otro también nos refleja entramos en ese ciclo de reflejos infinitos que en definitiva termina en que ninguno de los dos se ve o se reconoce. Y en definitiva lo único que hay es una ilusión óptica. 

Como si fuéramos dos espejos en vez de dos personas.

1 comentario:

Conde Drácula dijo...

Nunca pude verme reflejado en un espejo. No puedo opinar.