Ni idea dónde voy pero seguime

viernes, 12 de marzo de 2010

Donde antes no había

Alguna que otra vez me pasó que empecé a notar cosas que antes no veía. Suele pasar, creo, a partir de que algo te toca de cerca, y el efecto es asombroso. Efectivamente te sorprende. Es como si por arte de magia existieran cosas que antes no viste. Pero estaban ahí, solo que no prestabas atención.


Las mujeres embarazdas son un ejemplo. ¿Notaron que hay más cuando te preocupa un atraso? Ves embarazdas y bebés por todas partes. Hasta te puede pasar que veas objetos "embarazados". Un árbol deforme, una mandarina con otra más chiquita pegada, etc. La mente nos juega bromas a veces.

Las parejitas felices, pegoteadas, aparecen como hongos después de la lluvia ni bien te peleaste con tu pareja. Te subís al bondi, vas al último asiento y nunca faltan dos grandulones que parecen adolescentes chapando adelante tuyo. Los mirás y pensás -qué boluda se pone la gente cuando está enamorada- o -ya se van a pelear por boludeces y se les va a ir el encanto-. O también te podés deprimir; depende de cómo te pegue el quilombo del día. Pero los ves de atrás, porque te vas al último asiento (la fila larga) y te sentás del lado de la ventanilla. El viento te pega en la cara y te sentís el protagonista de un videoclip. Y los de adelante tienen los labios hinchados como si los hubiera agarrado a piñas Tyson. 


Seguro sube una chica re linda y te mira. Y vos tenés la cara de un Gran danés cuyos dueños se fueron de vacaciones hace 1 mes. Mofletes más que mejillas. Y pensás ¿tanta cara de orto tengo que mira esta boluda? Y seguís mirando por la ventanilla pensando.


Otra típica. Cuando querés hacer dieta. En el laburo nunca llevan nada para comer. Pero si decidís empezar a cuidarte como por arte de magia empiezan a socializar con la comida. Medialunas, alfajores de la costa, del Sur y de Merlo. De Merlo provincia de Buenos Aires. Cualquier cosa de cualquier parte. Hasta hostias. Y te preguntás ¿qué le hice al cosmos para que me vuelva esto? Solo quiero adelgazar. ¡Ni siquiera, solo quiero no engordar! 

Te agarra la paranoia de que el Universo se confabuló para joderte, pero al ratito te das cuenta de que nadie es tan importante como para tanta atención. ¿O será que nos pasa a todos?

 

No hay comentarios: