No quería dejar de saludarnos en nuestro día. No hay que olvidar que somos animales a pesar de que usemos ropa y vivamos en casas. Yo no me ofendo si alguien me dice que soy un animal. Creo que no es algo negativo. Inclusive si te lo dicen haciendo alusión a tu incapacidad de razonar. ¿No está bueno a veces hacerle caso a los instintos?
A lo mejor alguna vez moví la cola de contento (¿quién no bailó o saltó de alegría frente al espejo?) y por supuesto que me hice el oso. También una vez me sentí una cucaracha y hasta fui pesado como una mosca. Pero por suerte nunca me sentí una ameba.
Morí por la boca como un pez y he aplaudido como una foca. También tuve mi melena de león y me camuflé como un camaleón para zafar. Me porté como un perro amaestrado y también como uno callejero. Tuve pocas pulgas, me mordí la cola y di vueltas en círculo. Me sentí el hipopótamo de Pumper nic por comer mucho.
Tomé como un camello y me jorobé. Seguro que alguna vez tuve lágrimas de cocodrilo y cambié la piel como una serpiente. Creí en la cigüeña; disfrute de mi vista de lince cuando era más joven. Trabajé como burro y tiré para adelante como un buey. Me callé muchas veces pero me fui rumiando lo que pensaba. Puse garra y nadé contra la corriente como un salmón. Me sentí como pez en el agua y jugué a los flippers.
Feliz día para todos los que alguna vez nos sentimos un poco animales.
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