Ni idea dónde voy pero seguime

miércoles, 6 de enero de 2010

Ídolos de chocolate

Ayer pensaba en la cantidad de ídolos populares argentinos y argentinizados que han muerto en este último tiempo. Supongo que siempre ha pasado que la gente muera, incluso los famosos o célebres, pero hay algo que me preocupa un poco. Si bien la trascendencia de una persona por este mundo solo puede medirse de atrás para adelante, o sea, hacia el final de sus vidas y carreras, no parece haber sucesores de nivel parecido. Digo, a nivel logros artísticos o profesionales no se comparan. Ni hablar de integridad y valores.

Me pegó mucho la muerte de Guinzburg. Un tipo muy inteligente, para mi de los mejores humoristas que vi y sin dudas con más chispa que una fogata de scouts. Se murió Peña, polémico, no del todo de mi simpatía por su ideología pero sin duda un talentosísimo. Un diferente.

Murió Mercedes Sosa. Una mujer cantante que triunfó por su voz y no por su cuerpo escultural o sus escándalos en TV. Una mina que tuvo que exiliarse por cantar verdades a oídos sordos y necios. Una artista.

Murió Alfonsín. Un político, profesión denostada si las hay, que sin embargo y a pesar de su pacto de Olivos logró un gran reconocimiento y cariño entre la gente y que tuvo más aciertos que errores. Hace ya algunos años se murió Favaloro, él mismo, con un tiro en el corazón. Admirado por sus logros y aportes a la medicina.

Y ahora Sandro. Te guste o no, una figura reconocida en toda América latina. Un tipo bastante centrado que se hizo cargo de su enfermedad y trató de dejar algo a quienes sufren la misma adicción que él.

Honestamente no recuerdo si a cada uno de ellos la gente los seguía o los quería por eso. Pero estoy seguro de que no se los admiraba por lo mismo que a Fort. A ellos se los quería por su talento o su aporte a la sociedad. Por hacer reír, llorar, vivir o bailar. No por tener plata.

Después no entendemos que los pibes salgan a robar y matar porque sí. ¿Será por la droga? La droga tiene la culpa muchas veces, pero ¿y por qué será la droga? ¿Será que es difícil resignarse a ser nadie (y pobre)? ¿O que entre el esfuerzo honesto y la guita fácil se elige esta última porque todo es ya, ahora y mañana no se sabe?

Si los valores de una sociedad dejaron de ser la educación, la integridad, el esfuerzo para progresar... ¿No será que nos creímos eso de que lo importante es la plata y que la salud y el amor van y vienen? Achís.

No hay comentarios: