Ni idea dónde voy pero seguime

lunes, 13 de diciembre de 2010

Tet a tet

Estaba esperando que me hicieran pasar en una de estas clínicas que hace exámenes médicos preocupacionales. Yo soy de preocuparme así que estaba en el lugar indicado. Justo ese día una constructora había mandado a 14 tipos a hacerse estudios.

Yo llegué medio tarde, es cierto, pero había un clima raro. Una chica, pobrecita, estaba muy escotada y su delantera era más generosa que la madre Teresa de Calcuta y Ladi Di juntas. Los 28 ojos estaban clavados, bah, se movían de vez en cuando para cruzarse, hacer la seña del 3 en el truco y mover la cabeza de un lado al otro como diciendo "no puede ser". Salió con la ropa equivocada. Como ponerte un polar térmico en enero. Vas a pasarla mal todo el día.

Yo trataba de imaginar qué pensaba la pobre mina detrás del par de tetas. Les juro que parecía una oveja encerrada con 13 lobos en una habitación. El n° 14 era un tigre dientes de sable directamente. La mina era un balneario de Aguas Verdes en enero: dos gomones y nada más que la gente pudiera mirar. Yo creo que ella pensaba "las cosas que me dirían si me los cruzo en la calle". Yo pienso que harían que Mac Allister se pusiera morocho de vergüenza con sus dichos.

Hice mis estudios y mientras esperaba que me dieran el resultado de las radiografías esperé sentado en la sala. Pensé que es una boludez ponerse así por un par de tetas. Desde que nacemos vemos tetas. ¿Por qué no nos genera lo mismo un osito de peluche? o una oreja. También los tenemos desde bebés. ¿Qué pasa que miramos unas grandes más que unas chiquitas? ¿Acaso a alguien le gusta más un edificio de 12 pisos que otro de 8? ¿Será que el tema tetas está inflado? Son glándulas. Nunca escuché a alguien decir ¡qué buenas amígdalas que tenía esa rubia!

Me colgué un rato pensando, estaba abstraído pensando que si todo lo cotidiano y natural nos llamara tanto la atención seguramente el mundo andaría mejor. No tiraríamos papeles en el suelo, tendríamos cuidado de no golpear a otro con las bolsas en el subte, nadie se adelantaría en una fila del supermercado... No sé, me quedé ido mientras el hamster corría en la ruedita para hacer mover a la neurona. Así, con la mirada perdida, hasta que de repente alguien me tocó el hombro y me dijo: "flaco, ¿podés dejar de mirarme las tetas?".

1 comentario:

MarCeLo!! dijo...

goooooomoooooonessssssssssss