Hoy pensaba que las personas somos como fichas de dominó: buscamos la coincidencia absoluta para juntarnos.
Pueden jugar con nosotros. Se puede construir algo que se derrumba en instantes. Si una se cae, empuja a las otras. Y todo el esfuerzo de derrumba hipnóticamente e inevitablemente. Y una vez comenzado es imposible detener el efecto.
En el juego, si esperás encontrar una que sea idéntica, exactamente igual a la tuya, podés dejar pasar toda la partida y no vas a hacer nada más que mirar. Porque no existe.
No hay dos iguales, pero sí muchas con las que una parte coincide. Como para mantener la unión a pesar de las diferencias.
¿A vos ya te cayó la ficha?
3 comentarios:
"Dominó".... mmm No se tendría que llamar, "cadena de coincidencias", "Trencito zigzagueante"
Saludos!
La unión aún y con la diferencia... Me encantó!! Es eso lo que permite seguir formando una cadena infinita :o)
Gracias por los comentarios. El sentido de una cadena es diferente a un dominó.
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