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jueves, 4 de noviembre de 2010

Chocolate con almendras

Ya son más de 5 las personas que conozco que cuando piden helado eligen SIEMPRE los mismos gustos. A mi me gusta innovar y realmente me cuesta mucho mantener la boca cerrada y dejar que sean felices con su conocido paladar. Pero lo intento. Juro que lo intento.

Curiosamente uno de esos gustos es el chocolate con almendras. ¿Observación inútil? Puede ser, pero algo tiene que haber para que esta gente, conservadores del helado, se inclinen siempre por este sabor. ¿Será que los fanáticos de las almendras son fieles? Tradicionalistas del frío. Son casi como los caballos del sulki de la plaza, que dan la vuelta sin que los guíes y con anteojeras, no viendo todo un mundo a su alrededor. Mejor, más para mi.

Antes que nada quiero aclarar que no tengo nada en contra del gusto aquí mencionado. Pero sepan que las almendras vienen ubicadas en mi podio entre las nueces (siempre dije que parecen cerebros de ardilla) y las castañas, claras ganadoras de la competencia. Las avellanas son muy buenas también.

Vuelvo al tema que me ocupa. Chocolate con almendras y limón, chocolate con almendras y dulce de leche granizado y ahora se sumó el sambayón también. Valga aclarar que este último individuo es de sexo masculino. No lo digo por machista pero hasta ahora pensaba que solamente las mujeres elegían siempre los mismos gustos. Estaba equivocado. ¿Y critican a los chinos porque comen arroz todos los días? ¡Por favor! Esto es como poder elegir entre 20 gustos de pizza y comer siempre muzzarella con aceitunas.

Además me resultó extraño que en general el chocolate con almendras va al final en la frase. Nunca controlé si el heladero te hace caso. La lógica sería que si decís "menta y melón" abajo va la menta y arriba el melón. Voy a prestar más atención de ahora en más.

En fin, podría decir que la gente que siempre pide los mismos gustos es conservadora, pero que también encontró una combinación que le gusta lo suficiente como para no cambiarla. Eso muestra seguridad y confianza en uno mismo. Como esos matrimonios que se conocieron a los 14, se casaron jóvenes y viven toda su vida con la misma persona. Se conocen todo el uno del otro. Tienen tanta confianza que ni a palos les ganás un partido de truco si son pareja. Ni señas se pasan. Son de esos que no se hablan pero no porque no lo necesitan para entenderse, ya se resignaron a que no se entienden, ¿entonces para qué hablar?. ¿Y qué pasaría si un día ella va a comprar helado y vuelve con un gusto "raro". Imaginen el descalabro neuronal que semejante cambio haría. Bueno, conozco un caso así.


El tipo piró. Trastocó. Se le salió un patito de la fila. Su helado no tenía chocolate con almendras. Primero se enojó. Ella le dijo que era un cerrado, que había que probar cosas nuevas para saber si te gustan o no. Asintió. Dudó, y cuando estaba por mandarse la primera cucharada se iluminó. 

Interpretó eso como un guiño a incorporar a una tercera persona a la relación íntima. También llamado tricota. Para qué. No solo que se lo dijo a la mujer y que esta por poco le hace una traqueotomía con el cucurucho, terminó con el helado "raro" en la cabeza, chorreándole toda la ropa. Frambuesa y menta encima. Saco de lino, imagínense las semillitas de la frambuesa en el lino. Piazza se hubiera desmayado del horror. Decía, no solo le pasó todo eso: ¡no pudo probar otro gusto! Ella se fue y toda la heladería se lo quedó mirando. ¿Cuál es la moraleja?


Nunca digas nada antes de una chupadita, lo único que podés hacer es cagarla.

9 comentarios:

Nina Regina dijo...

uff, ese muchacho es un verdadero talibán del helado! yo tampoco entiendo la monotonía de elegir siempre el mismo gusto, yo soy todo lo contrario: cuando voy a una heladería, siempre pregunto por el helado de la casa, lo cual también puede ser peligroso ("qué contiene el chocolate Pepita La Pistolera?")
otra cosa que tampoco entiendo es por qué en las bodas siempre dan de postre brownie con helado

Nina Regina dijo...

lo último no tenía nada que ver, pero estoy demasiado aburrida y es esto o ahorcarme con el cable de los auriculares

Br1 dijo...

Jajaj, me alegro de que hayas optado por el comentario entonces.
El brownie con helado es un misterio pero al menos está bueno, no como la ensalada de frutas mezclada con helado.

Nan Torto dijo...

EstiMao, sepa usted disculpar mi dicrepancia con su postulado. Pues considero que en injusto binomio incurre al situar el tan suave y sutil helado de chocolate que, combinado con el elegante fruto seco anteriormente mencionado y que nos transportan a un paraiso de sabor y texturas, en comparación con una simplona pisa (porque ni de la ortografía es digna) de queso con aceitunas. Tan injusta es la comparación que se asemejaría a poner en el mismo nivel un cuadro de Miró al lado de los dibujitos de He-man.
Dignifiquemos la poesía del chocolate con almendras!

Jennifer Amapola Banfrula dijo...

No estoy de acuerdo! Yo soy clásica para los helados y esos gustos que nombras NO son clásico, son el Dalí y Buñuel de los helados. Yo siempre pido Vainilla y crema americana, a veces dulce de leche. Eso, mi amigo, es ser clasico.

Br1 dijo...

Nan: como dije por ahí, no tengo nada en contra del chocolate con almendras en particular. Mi desacuerdo es la conducta repetitiva/compulsiva a la hora de elegir gusto de helado. O cualquier cosa en realidad.
Y no se puede comparar a Miró con He-Man. No le hubiera durado ni medio round con la espada de Greyskull y Battlecat.

Br1 dijo...

Jennifer: ¿crema americana? ¿a veces dulce de leche? ¿Quién le enseñó a elegir helado, su tío Sam? Por favor, lo único que falta es que me diga que prefiere una milanesa de soja a un Paty.

Jennifer Amapola Banfrula dijo...

nooo, me gusta el paty. Soy clásica y orgullosa. SOlo le afino la mirada sobre lo que es ser clasico en el helado. almendras, sambayon es el dadaismo puro.

Br1 dijo...

Yo creí que en materia de cosas heladas el dadaísmo puro estaba reservado a las cubeteras.