Ni idea dónde voy pero seguime

jueves, 19 de noviembre de 2009

Aunque no me guste

La realidad es la realidad, nos guste o no. Suena un tanto dictatorial pero es así. Bueno, es un poco tautológico porque es como decir que la sopa es la sopa. Aunque un poquito más importante. A ver.

La realidad en sí, es un poco inabarcable. Mejor digamos mi realidad. Bien, lo real, es lo que es. Pero de nuevo, ¿qué es lo que es? Alguno me dirá que lo real es lo que se puede palpar. Ok, a un fanático le pregunto si se puede palpar una pasión. ¿Y es real? ¿Existe aunque no la puedas tocar? Sí.

¡Pero entonces qué es eso de que mi realidad es la realidad! Bueno, es un poco el huevo y la gallina. Lo real es aquello que es. Pero yo creo lo que es mi realidad. He aquí el punto más importante, me parece, de la cuestión. No todo puedo crearlo. No puedo controlar todo lo que (me) pasa. Y eso angustia.

Esa sensación de "no quiero que me pase esto". O "no es justo, no lo merezco". O también "ojalá haya sido un mal sueño". Malas noticias, eso también es la realidad. Y qué paradójico, que aquello que nos hace muy felices suele tener un tinte de irreal, a pesar de ser real.

¿Será que somos más crédulos del dolor, la dificultad y la pena que de la risa, la fiesta y la alegría? Quizás, aunque no me guste.

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