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viernes, 18 de mayo de 2012

Perfil empanadístico

Hace ya algún tiempo escribí mi ambicioso Perfil alfajográfico donde analicé con lujo de detalles la complejitud psíquica de las personas a partir de sus elecciones a la hora de clavarle el diente a la golosina más rica (como categoría) que existe. 

Es tiempo de estudiar un poco la comida salada y en esta ocasió voy a dedicarme a las empanadas. Está claro que hablo de las compradas porque las caseras son otra cosa. Es otra comida directamente. Seamos sinceros, nadie hace empanadas con ciruela o panceta a menos que quiera impresionar a otro alguien. A lo sumo combinás 2 tipos de queso. 

Vamos a dividir a los consumidores en categorías: los que piden todas del mismo gusto o pragmáticos, los que piden dos gustos o ambivalentes y los que piden tres gustos o más, también llamados fiesteros o curiosos*.

Pragmáticos
Los pragmáticos son básicamente personas que no tienen ganas de pensar en qué van a comer. Para ellos es una necesidad fisiológica y punto. Son lo más alejado que hay de un Bon Vivant. No distinguen repulgues y les da igual si la empanada trae pasas o no. Comen y listo. 
Este grupo puede a su vez dividirse en 3 grandes subtipos:
- Carnívoros: siempre de carne picada. Los que piden a cuchillo clasifican en otro grupo porque sí les importa la comida a otro nivel.
- Jamonquesívoros: van a lo clásico. Pim pam pum, comieron y siguen con el laburo. Se los puede reconocer fácilmente por las manchas de aceite en el pantalón. Son grandes consumidores de servilletas. Son los más sedientos.
- Verduleros: también llamados vegetarianos o culposos a dieta. No veo otra razón para pedir una empanada de verdura. Se dice que una vez existió una persona que pedía todas de humita pero no se ha confirmado. Es humito.

Los pragmáticos no son curiosos. Son personas apegadas a las costumbres y no prueban cosas nuevas a menos que se los hostigue. Sí, leyeron bien. Mantienen el status quo y es gracias a ellos que sobreviven los repulgueros. Son muy críticos con los fiesteros.

Ambivalentes
Buscan el equilibrio. Exploran pero siempre dentro de lo clásico. Si fueran a la playa, no se meterían más allá de las tetillas en el mar. Su problema suele ser que son estructurados. El desbalance los pone mal. Si un día se ponen dos medias diferentes se las sacan en el baño y las guardan en la mochila. También piden 2 gustos de helado que sean complementarios cromáticamente. Y uno es fruta siempre. 

Podría decirse que su voluntad empanadil oscila entre las de jamón y queso y las de carne pero hay especímenes que incorporan el atún o el pollo a su dieta. 

Fiesteros o curiosos
Este grupo es de lo más promiscuo. Comen de todo y rara vez repiten. Son los que preguntan siempre "¿y la de mendocina qué tiene?". Ellos prueban. A veces les sale mal y se hacen los giles. Trocan con los pragmáticos alguna de las conocidas arguyendo que la que pidieron es la más increíble que hay.

Son los más preocupados a la hora de la repartija. Analizan los papeles, sellos o planos indicadores de sabores con la minuciosidad de un perito calígrafo. Y se enojan muchísimo si alguien se confunde y se manda una de las suyas. "Típico de pragmático, comés a lo bruto como un avestruz". 

Este grupo desciende de las aves, por eso picotea de ese modo. Es importante aclarar que esta característica se puede trasladar a otros ámbitos de la vida. Curiosamente, los dueños de casas de empanadas suelen pertenecer a este tipo, de ahí que ofrezcan cada vez más sabores.

Espero hayan encontrado interesante mi investigación. Próximamente más análisis de personalidades a partir de las elecciones que parecen ser triviales. 

*Nota de autor: la investigación parte de tipificar a un consumidor tipo que ingiere un mínimo de 4 empanadas por compra. En ese contexto 2 gustos equivale al 50% de su universo. Difícilmente alguien pueda pedir 3 gustos si come 2 empanadas. Y si come solo 2 empanadas se está haciendo el light y no nos interesa.

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