Ni idea dónde voy pero seguime

lunes, 27 de junio de 2011

Altitud: 26 de junio

Una fecha que para muchos se convirtió en histórica a raíz de lo sucedido con River ayer lo era para mi mucho antes. Cuando era chico tenía complejo de enano. Sí, era medio petisón y tenía terror de ser bajito. Ni idea por qué, pero me acomplejaba la altura. Tan equivocado no estaba igual, lo demostró el abuelo Simpson. El caso es que cuando tenía unos 13 años mi vieja me llevó a un médico que no era pediatra. El tipo me pesó, me midió y me pidió unas radiografías.
Cuando las vio me dijo que me quedara tranquilo que no iba a ser petiso. "1,78 - 1,80 m fácil". Buenísimo pensé, voy a ser alto. Y a partir de ahí empecé a sentirme alto. Se me fue el complejo porque sabía que iba a ser alto. Es la misma lógica que usa alguien que se siente dueño de algo cuando pagó una sola cuota. 

En fin, la cosa no quedó ahí. No señor. Decidí que no podía dejar librado al azar algo tan importante como mi crecimiento, así que cada 26 de junio me medía en la pared de mi habitación (la que tenía la tecla de luz). Así cualquiera que entrara podría ver mi "progreso" anual fácilmente. 

Afortunadamente las rayitas se separaban año a año y llegué a crecer 7 cm en menos de 12 meses. Estaba en la gloria. Pero el médico me cagó y no llegué a la altura prometida. Eso me desarmó mi plan de vida: ser piloto de la Fuerza Aérea. En aquél momento era requisito tener al menos 1,76 m de altura para ingresar. O eso recuerdo haber leído, y de allí mi obsesión con alcanzar el metro y 3/4 de altura. Pero me quedé con las ganas. 1,75 m. Y recién mientras escribía esto miré y encontré que soy gordo para ser aprendiz de piloto además de viejo (el IMC me da para el carajo). Pero hubiera entrado por altura.

Defraudado por la genética abandoné mis simuladores de vuelo durante años. Deserté del Cessna y del Boeing y miro de reojo las noticias sobre vuelos, pilotos y accidentes. Pero las ganas tiran, y ahora de veterano he volcado mis ganas en un hobby: el aeromodelismo. Así fue que conocí a Atilio. Mi helicóptero Bravo SX.

Entre Atilio y las historias que escribo vuelo de a ratos. Como quería cuando era chico.

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