Ni idea dónde voy pero seguime

martes, 7 de abril de 2015

Extraño

Yo llegué y ya estaba ahí. Me quedé quieto. Quité la vista y la puse de nuevo ahí. Sí, lo veía. Me moví para un lado. Caminé hacia el otro. No sé qué buscamos cuando hacemos semicírculos alrededor de lo que observamos. Pero lo hacemos.

Empezó a acercarse otra gente. Miraban, se quedaban quietos. Me miraban a mí. Alguno me preguntó si había visto cómo había llegado ahí. De dónde venía. "Seguro que lo dejaron anoche después del desfile" comentó la señora del pañuelo verde que siempre me cruzo en la feria. Tendemos a hacer suposiciones cuando no podemos explicar algo. Pero ahí estaba. Como si no diéramos crédito de que pudiera ser cierto a pesar de tenerlo frente a nosotros.

Creo que se despertó. Menos mal. Por un momento me pareció que no respiraba y no me quiero imaginar el quilombo que se armaba. Hubiera sido un circo. Tanta gente, tantos curiosos y tan pocos con ganas y disposición como para hacer algo y bajarlo.

Levantó la cabeza y se estiró. Bostezó con un sonido agudo como si quisiera despabilarse de golpe y se sacudió como hacen los perros. Una rama crujió. "Se va a la mierda" pensé. La rama volvió a crujir y cedió. Lejos de caerse, con una agilidad heredada no sé de dónde, dio un pequeño salto y cambió de rama. Se sentó y mostró los dientes mientras se pasaba la lengua por la perfecta dentadura. Alguien llegó con agua en un balde plástico para tentarlo. Pero no.

Perdí la noción del tiempo ahí. Algunos se iban y volvían al rato. Yo me quedé, total no tenía nada que hacer mientras esperaba mi turno en el correo. Ahí estaba yo, en el medio de una plaza, al solcito de la mañana de invierno. Sintiendo el aroma de los primeros jazmines que empiezan a regalarnos su perfume. Acompañado de los grillos que cantan de día, como llamando al calor que saben que todavía no viene. Con uno o dos curiosos que no tenían nada mejor que hacer que preguntarse cómo carajo llegó un koala hasta la copa de aquél ombú.

2 comentarios:

Carmen Bécares dijo...

Lo único cierto es que .... en todas partes hay una señora con pañuelo verde!
Saludos desde la soleada Madrid ( España)

Br1 dijo...

Muy cierto. Saludos, Carmen.