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miércoles, 29 de abril de 2015

Canciones infantiles

El otro día, en una cena con amigos, surgió el tema de los contenidos de las canciones infantiles. Empezamos medio en broma y a medida que recordábamos lo que decían nos fuimos poniendo más serios. Son tristes. Son duras. Angustiantes. Y las cantábamos con alegría.

La Farolera tropezó
Y en la calle se cayó
 Y al pasar por un cuartel
Se enamoró de un coronel 
Alcen la barrera 
Para que pase la farolera 
De la puerta al sol * 
Subo la escalera y enciendo el farol... 

A la medianoche 
Me puse a contar 
Y todas las cuentas 
Me salieron mal 

Dos y dos son cuatro 
Cuatro y dos son seis 
Seis y dos son ocho 
Y ocho dieciséis 

Y ocho veinticuatro 
Y ocho treinta y dos 
Ay niña bendita 
Me arrodillo en vos 


* Me pregunto si el sol sería el coronel o que se quedó a pasar la noche en el cuartel.


Después recordamos la de Catalina, una mujer que, bueno, lean la letra y díganme si no es algo tremendamente angustiante. Supongo estaba ambientada durante la guerra civil española.

Estaba la Catalina
Sentada bajo un laurel
Mirando la frescura
De las aguas al caer 

De pronto paso un soldado 
Y lo hizo detener 
"Deténgase usted soldado 
Que una pregunta le quiero hacer" 

"¿Usted ha visto a mi marido 
En la guerra alguna vez?" 
"Yo no he visto a su marido 
Ni tampoco se quién es" 


"Mi marido es alto y rubio 
Y buenmozo como usted 
Y en la punta de su espada 
Lleva escrito San Andrés" 

Por los datos que me ha dado 
Su marido muerto es 
Y me ha dejado dicho 
Que me case con usted. 

Eso sí que no lo hago 
Eso sí que no lo haré 
He esperado siete años 
Y otros siete esperaré 

Si a los catorce años no viene 
A un convento yo me iré 
Y a mis dos hijas mujeres 
Conmigo las llevaré 
Y a mis dos hijos varones 
a la patria entregaré 

Calla, calla, Catalina 
Calla, calla de una vez 
Estás hablando con tu marido 
Que no supiste reconocer... 



Así termina esta historia 
de una infeliz mujer 
que estaba hablando con su marido 
y que no podía reconocer... 

Siete años sin ver al marido. ¡Y la mujer se iba a ir a un convento y a dejarle sus hijos a la patria! ¿Quién haría hoy un sacrificio en vida semejante?

Y por último, Mambrú. ¿No la recuerdan con alegría? Bueno, repasen lo que dice.

Mambrú se fue a la guerra,
mire usted, mire usted qué pena
Mambrú se fue a la guerra,
no sé cuándo vendrá, 

Do-re-mi, 
do-re-fa. 
No sé cuándo vendrá. 
Si vendrá por la Pascua, 
mire usted, mire usted, qué gracia. 

Si vendrá por la Pascua 
o por la Trinidad. 
Do-re-mi, 
do-re-fa. 
O por la Trinidad, 

La Trinidad se pasa, 
mire usted, mire usted, qué guasa. 
La Trinidad se pasa. 
Mambrú no viene ya. 
Do-re-mi, 
do-re-fa. 
Mambrú no viene ya. 

¿Se las acordaban así?

2 comentarios:

Vale dijo...

Yo la de Mambrú me la acordaba diferente:

MAMBRÚ SE FUE A LA GUERRA,
CHIRIBÍN, CHIRIBÍN, CHIN, CHIN.
MAMBRÚ SE FUE A LA GUERRA
NO SE CUÁNDO VENDRÁ,
AJA, JA, AJA, JA,
NO SÉ CUÁNDO VENDRÁ.

VENDRÁ PARA LA PASCUA,
CHIRIBÍN, CHIRIBÍN, CHIN, CHIN.
VENDRÁ PARA LA PASCUA
O PARA NAVIDAD
AJA, JA, AJA, JA,
O PARA NAVIDAD...

Br1 dijo...

¡Cierto! Teníamos la variación Moriacasinzada con el chirbín chiríbn.