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lunes, 26 de enero de 2015

Hay que tener códigos

"No tenés códigos" puede ser una de las peores cosas que se le pueden decir a alguien si dicho alguien desea pertenecer al colectivo barrial. Hace poco en una sobremesa después de un asado me surgió una pregunta muy sencilla que formulé para conocer opiniones y reacciones de la audiencia femenina y su resultado fue mucho muy sorprendente. He aquí la misma.

"¿Qué es peor para una mujer, que le tiroteen al novio o que le vayan de blanco a su casamiento?".

Sorpresivamente para mí, el 100% de las presentes (era un universo pequeño dicha sea la verdad) respondió "ir de blanco al casamiento". Hice una pequeña encuesta en Twitter y el resultado fue contundente. Puedo esbozar, sin temor a equivocarme que para una mujer una de las peores cosas que puede hacerle otra es ir a su casamiento de blanco.

En las respuestas apareció con frecuencia la siguiente frase "es que si va de blanco no tiene códigos". Y me pregunto ¿qué son los códigos?

Tener códigos es compartir y respetar cierto conjunto de máximas incuestionables que se relacionan con la pertenencia a cierto colectivo. Su incumplimiento o ausencia (no tenerlos) se sanciona con la exclusión del colectivo. Ejemplo:

Juan y Andrea eran novios. Pepe es amigo de Juan. Juan ya tiene otra novia hace tiempo. Si Andrea se pone a salir o pasa algo con Juan, es una trola y Juan "no tiene códigos".

En el caso del vestido blanco me llevó a preguntarme si lo que irrita e indigna a las mujeres es la quita del protagonismo o exclusividad del evento. Por ejemplo, ningún hombre —creo— se ofuscaría si otro va vestido igual a su casamiento.

¿Por qué las mujeres lo consideran una falta tan grave a sus códigos de género? ¿Será que la competencia por un hombre es algo aceptable, posible y natural pero la competencia por el blanco es inaceptable por ser cultural y humana?

¿Habrá alguna relación entre los hábitos culturales y la inflexibilidad de códigos?

¿Por qué son tan sagrados los códigos y no están escritos en ninguna parte? A veces pareciera que es peor romper un código que una ley.

Hay códigos de barrio, de barra, de mujer, de fútbol, de amistad, etc. Traicionar los códigos se paga con la deshonra. O sea, hay personas que pueden romper amistades porque otro hizo algo que no se hace como por ejemplo comerle la novia (como si la ex no tuviera parte, responsabilidad y decisión en dicho asunto) pero que puede pasar por alto delitos y continuar su amistad sin problemas. O bien aceptar y minimizar falta de códigos con códigos ajenos.

Ejemplo 2: Juan y Pepe son amigos. Pepe sabe que Juan le mete los cuernos a su novia actual.
Si Pepe le cuanta a la novia de Juan que es cornuda, no tiene códigos.
Si Pepe no lo cubre a Juan con su novia mintiendo para ocultar las pirateadas, no tiene códigos.
Y lo más probable es que Pepe acate estos códigos. Igual que Juan. Pero que nunca se plantee cuestionar su amistad con él aunque falte a un código de pareja (porque él es amigo y no pareja, así que no importa).

No tengo conclusiones, solo preguntas. Escucho ofertas.

3 comentarios:

Carmen Bécares dijo...

"En el caso del vestido blanco me llevó a preguntarme si lo que irrita e indigna a las mujeres es la quita del protagonismo o exclusividad del evento......."
Sin duda: LA QUITA DEL PROTAGONISMO!!!!
Es mucho mas sencillo. Códigos? Hábitos culturales?...... NOOOO! solo protagonismo, es innato a la condición femenina frente a otra fémina, como explicas sino lo zalamero de una nena con su papa cuando mama está delante?
Un saludo amigo, no deja de ser una interesante reflexión.
Ah! yo tb prefiero al novio tiroteado.

Carmen Bécares dijo...

Perdón, me olvidaba.
Un saludo desde Madrid, España

Br1 dijo...

Uy, desde Madrid. ¡Qué lindo lugar! Gracias por el aporte, Carmen. Saludos.