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martes, 18 de septiembre de 2012

¿Vale la pena esforzarse?

Debo estar con una crisis existencial porque últimamente me hago preguntas raras. O poco comunes. Esta vez me puse a pensar si realmente vale la pena hacer esfuerzos. Así de contundente. Pensaba, por ejemplo, en la gente promedio como yo que trabaja 8 horas por día 5 días a la semana durante 50 semanas al año para descansar dos. Y qué decir de los que trabajan más horas, digamos 10, durante más días a la semana, pero digamos 5, para irse solo 3 semanas. Quizás 4. Hacen un esfuerzo mayor todavía para después disfrutarlo. ¿Es tan así? No sé, me suena un poco raro ahora. El razonamiento es: "Me rompo el lomo todo el año, gano más y después en mi tiempo de descanso puedo gastar más". Supongamos que alguien promedio se cansa 70 de 1 a 100. Este otro se cansa 100 de 100. Entonces la ecuación no me parece que convenga: se cansa más para descansarse más. ¿No sería lo mismo a fin de cuentas? ¿Dónde radica la ventaja?

Es simbólica. El tipo o la mina que hace eso y trabaja más tiempo para después estar más tiempo sin trabajar o gastar más (como si gastar fuera sinónimo de disfrute) cree que tiene un plus. Pero no se da cuenta de que tal vez solamente es simbólico. Entre esas dos personas que comparé las 10 horas semanales más que trabaja el segundo son 500 al año (más que el otro). Son casi 21 días. O sea que usó 21 días para tener a lo mejor el mismo tiempo que el otro y solo gastar más plata. O bien tener unos días más (digamos 14). Dar 21 y recibir 14 me da -7.

El otro tipo, el menos ambicioso, invirtió 2.000 horas al año (40 por semana, 8 por día). Contra las 2500 del que se rompe más el lomo. Si descansa dos semanas nos da que trabajó 83,3 días para tener 10 (hábiles) de descanso. Da 73 días netos.

El roto trabajó 104,1 días para descansar 15 o 20. En el mejor de los casos da 84 días el saldo. Por supuesto acá no está en tela de juicio la prioridad, el orgullo, etcétera que movilizan a las personas. Simplemente me parecía interesante poner esto en términos cuantitativos.

Pensar un poco sobre la conveniencia. ¿No será que venimos con mandatos que cumplimos sin cuestionar creyendo que son dogmas? ¿Es realmente más inteligente cansarse más para descansar más?

Como aquél cuento de Landriscina donde un gringo le preguntaba al paisano que descansaba bajo un árbol por qué no vendía la oveja para comprar otra y así poder vender lana y comprar ovejas para tener más lana y vender más ovejas y así hasta llegar a exportar al mundo y poder tirarse a descansar. "¿Y qué estoy haciendo?" le preguntaba el tipo.

Piénsenlo para el colegio. ¿Quién es más "piola"? Está el que se esfuerza todo el año para tener 3 meses de vacaciones y el que relaja todo el año y tiene –digamos 1 mes–. Pero este "vago". Este zángano en realidad tiene algo más balanceado. Ahí quiero ir.

No me opongo al esfuerzo. No me parece mal dar más por algo que para uno valga la pena. Pero me parece que es un ideal muy occidental y que va en detrimento de la armonía, del equilibrio. Está buenísimo para un chico tener 3 meses de vacaciones, pero ¿no es un poco desbalanceado? 9 meses de mucho contra 3 de nada. 

No quiero emitir un juicio sobre si está bien o mal. Solamente quería cuestionarme esto del equilibrio. No sé, a veces está bueno todo en su justa medida. No puedo dejar de pensar que si puedo estar 3 meses sin hacer nada es porque trabajé de más el resto del año.

Es filosofía de vida tipo montaña rusa. Mucho esfuerzo para llegar arriba y después es todo bajada. Ni mal ni bien, pero hay otras. Eso creo. Algo más parejo tal vez. Más balance.

4 comentarios:

Vale dijo...

Me he hecho preguntas similares. Creo que una manera de sobrellevar el cansancio es saber que es un medio para un fin. Si uno tiene como objetivo comprarse un auto por ejemplo, sabe que ese esfuerzo a la larga le va a permitir alcanzar su meta. El problema es cuando uno no tiene claras las metas -o cuando las metas no tienen que ver con lo económico-, entonces sigue por inercia y se hace todo más pesado.

Escuché una vez: "¿Trabajar para vivir o vivir para trabajar?" ¡Ojo!

Por último, cuando uno encuentra un trabajo que le gusta, que disfruta, que ama, tiene grandes chances de convertir los números negativos en positivos. Creo que esas son las personas más afortunadas en lo que a lo laboral respecta.


Br1 dijo...

Es cierto. Tener la zanahoria delante nos hace caminar. Lo que en realidad quería pensar era si vale la pena el esfuerzo en cualquier ámbito. Como algo filosófico ya. Porque el desbalance forma parte de nuestra cultura (comer mucho, después hacer dieta; ahorrar, después gastarlo todo junto).

Jes dijo...

Galeano dice que la Utopía nos sirve para caminar.

Cuando lo que nos hace caminar es la zanahoria nos llevan para donde quieren.

El punto es que tenemos que comer, hacer algo placentero y descansar.

Ni siquiera tiene que ver con trabajar y gastar.

A veces una se siente en montaña rusa pero en bicicleta.

Br1 dijo...

Galeano dice muchas cosas interesantes. Mi tema era el desbalance más allá del trabajo/gasto cansancio/descanso.
Lo bueno de la bici es que tiene frenos.