Ni idea dónde voy pero seguime

lunes, 10 de septiembre de 2012

¿Para qué discutís?

Llegué a darme cuenta de que está bueno, antes de embarcarse en una discusión con alguien, preguntar para qué lo hacemos. Parar la pelota un momento y consultarnos a nosotros mismos –¿para qué discuto?–. Ser honestos con nosotros, con el otro y con la discusión misma. Realmente, ¿sabemos para qué discutimos algo?

Podrán pensar que es una tremenda estupidez lo que digo pero les pregunto ¿lo es? ¿Por qué no pensar en cuál es el objetivo de algo en lo que vas a dedicar tiempo y esfuerzo? A priori se me ocurren algunos motivos:
a. Para demostrar que tenés razón
b. Para mostrarle al otro que está equivocado
c. Para discutir

Para tener razón
Si lo que buscás con la discusión es demostrar que tenés razón primero hay que revisar si solamente hay una posición "correcta". Muchas veces las posturas tienen que ver con puntos de vista y realidades diferentes. Me parece que detrás de esta motivación se esconde una inseguridad importante y un ego que necesita ser regado a menudo. 

Para mostrarle al otro que está equivocado
En este caso hay algo que me parece un poco peor que en el caso anterior. No solamente querés demostrar tu acierto (aunque puede omitirse esto) sino que además querés hacerle ver al otro que está mal lo que piensa. O lo que cree. O lo que defiende. ¿Qué ganás vos con eso? ¿Abrirle los ojos? ¿Qué diferencia hay con la anterior? El ego se ve agrandado por empequeñecer al otro. ¿Es así realmente? ¿Alguien es menos por equivocarse o por estar equivocado en algo? ¿Es eso parámetro de mejor o peor? (asumiendo que realmente esté equivocado). 

Para discutir
Después de pensar las dos anteriores me parece que esta es la más sana de las tres. O al menos la menos egoísta. Si la discusión es el fin puede que haya beneficios colaterales como enriquecernos con otro punto de vista, aprender, conocer al otro. Incluso puede que sea para molestarlo. Incomodarlo, hacerlo pensar para que nos haga pensar. Una especie de gimnasia mental. Hasta si fuera por hacerle perder el tiempo, está en el otro engancharse en la trampa.

¿Por qué pensé en esto? Porque me di cuenta de que muchas personas cuando discuten no discuten. Quieren tener razón nada más. No les importa la discusión en sí misma. Por eso no escuchan. Si fuera una película adelantarían hasta el final donde ver el desenlace. Les importa tener razón o mostrarle al otro su error. Así que yo empecé a preguntar cuando comienzo una discusión: ¿para qué discutís? Lo hago por mí. ¿Qué busco? ¿Qué me aporta? ¿Quiero tener razón o me interesa el debate?

Vos, ¿para qué discutís?

6 comentarios:

Maldo dijo...

Yo discuto:
a. Para demostrar que tengo razón
c. Para discutir

Br1 dijo...

Te faltó un motivo. Para dar un paseo por las nubes.

Maldo dijo...

¿?

Br1 dijo...

Piensa, Pinky, piensa. Metz. Bar. Escaleras. Año 2000. "No lo leí".

Vale dijo...

¡Qué buena pregunta!
Resuelve una contradicción: por un lado odio las discusiones que aparentemente sólo terminarán cuando uno diga "tá bien, tenés razón". Pero disfruto mucho las que son intercambios genuinos de opinión, análisis desde puntos de vista diferentes. Son las más enriquecedoras porque siempre se aprende.


PD: ¿te conozco?

Br1 dijo...

Vale: no sé si resuelve la contradicción, con plantear una pregunta me conformo.
PD: no lo sé.