Ni idea dónde voy pero seguime

viernes, 31 de enero de 2014

Transparente

Creo que si pudiera elegir cómo me gustaría que me recordasen diría "transparente". No lo digo pensando en la honestidad justamente. Es otra cosa.

Ser transparente casi como invisible. No sé. Es raro de explicar. Ser transparente es una sensación que se logra a veces. Es como no ser. O no ser uno. Ser todo.

Hace algunos años yo quería otra cosa. Quería que cuando me muriera la gente me recordase. No desaparecer. No quedar en el olvido. Y el camino que se me ocurría para lograr eso era el ego.

Me esforzaba por ser agradable, querible. Me gustaba hacer reír a las personas y que todos se sintieran bien conmigo. Que notaran que yo estaba ahí, que existía y que -de ser posible- sus vidas no fueran las mismas si yo no estaba en ellas.

No sé si yo era muy conciente de esto en ese momento. Creo que lo veo hoy. Justamente no quiero eso ahora. No quiero interferir. No quiero dejar marca. No quiero ensuciar el mundo. Yo estoy como cualquiera de los otros 7 millones. De paso. Ya no pienso que yo sea más importante que los demás.

Dentro de 100 años probablemente nadie sepa que existí. Lo mismo les va a pasar a muchos de ustedes. ¿Es eso malo? Depende de lo que cada uno desee. Habría que pensarlo así: si vas a una playa hermosa, sin contaminar. ¿Preferirías disfrutarla y dejarla tal cual está o dejar tu marca en la arena? Igual el mar la va a borrar. ¿Pintarías las rocas para que dure más tu presencia en el lugar? ¿O lo importante es haber estado ahí para vos, estar ahí ahora?

Me gustaría que cuando me miren no me vean. Sino que vean a través de mí. No hay nada adentro que no pertenezca a afuera. Ni nada afuera que no pertenezca adentro. Así, no hay adentro ni afuera. Solo hay.

No hay comentarios: