Ni idea dónde voy pero seguime

miércoles, 24 de abril de 2013

Antes de que lo digas

Lo supe desde que sonó el celular. Tengo esa dudosa capacidad de anticiparme a las malas noticias. Siempre la tuve. Yo le digo anticipación. No sé cómo se llama. No, no adivino. Es difícil de explicar. Me doy cuenta unos momentos antes, mientras me llaman. Con el "Hola" ya lo supe. 

Me pasó, es la primera vez que recuerdo, con Black. El doberman de mi abuelo. Era buenísimo, yo era chico, calculo 11 o 12 años, cuando se accidentó. Estuvo varios días mal, muy mal. Pedí ir a verlo a la veterinaria donde estaba internado. Hablé con él. No sé qué le pude haber dicho y después lloré. Lloré mucho por él porque me ponía muy triste que estuviera tan mal. A los pocos días mi vieja llegó de trabajar un poco más temprano de lo habitual. Subió la escalera y yo me di cuenta de que me iba a decir algo malo. No la veía todavía pero escuché algo raro en su voz. Y me dijo "Bruno". -Ya sé, se murió Black-. 

El día que era la fiesta de 4to a 5o yo jugaba al pingpong con Damián. Sonó el teléfono y lo supe. Después escuché a mi vieja "¡Paty, Paty se murió mi papá. ¡Se murió mi papá!". 

Y hace poco de nuevo, esta vez mi hermana me avisó. No supe quién, pero sí qué. No sé si es la hora, el tono de voz...

Suelo pensar en la muerte. Hago bromas. Creo que es mi forma de conocer un poco. No sé si morbo. Me parece que le tenemos miedo a lo que no conocemos. De ahí mis ganas de saber.

Igual pensaba el otro día que morirnos es algo no solo inevitable sino quizás lo único que tengamos que hacer solos en esta vida. Y probablemente lo último.

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