Ni idea dónde voy pero seguime

domingo, 10 de junio de 2012

Gente de mierda

Así voy a empezar a pensarlos. A penarlos. Apenas pena y bronca me dan, quienes no se hacen cargo de sus responsabilidades y se cagan en los demás, dejando lo que sus perros cagan.

Primero que nada, me dan asco. No solamente los soretes que piso todos los días por culpa de ustedes, sino también su actitud: porteña, argenta, egoísta, individualista y desconsiderada hacia el otro. Maleducados. 

Se creen con el derecho de tener un perro pero no sienten la obligación de cuidarlo como se debe. Si tu perro caga, es tu responsabilidad, más diría tu obligación, levantar lo que hace. Yo me pregunto si cuando pisan ellos no putean. ¿Creen que desaparecen solos?

Esa actitud los define. ¿Entienden eso? Como cuando tiran un papel al suelo, en vez de caminar hasta la esquina y tirarlo en el tacho. O guardarlo en un bolsillo hasta ver uno. Total... El argumento estúpido, incompleto diría, de que como es la calle no es tuyo me tiene harto. Sí es tuya la calle. Es nuestra. Todos la usamos. Y si ensuciás una vereda o tapás una boca de tormenta estás complicándole la vida a otros. Y en cierta forma a vos también.

Lo mismo si escuchás música al palo en el celular, obligando a los demás a escuchar lo que a vos te gusta. A vos. ¿Tanto te cuesta ponerte un par de auriculares? Tanto te cuesta tener en cuenta a los demás. 

Podés ser vos el que pise un sorete mañana. Tal vez el mismo que dejaste porque nadie te veía, porque te da fiaca agacharte o porque simplemente te importa una mierda porque vivís con la ley del mínimo esfuerzo.

Me da mucha bronca pensar que hay tanta gente que solamente piensa en sí misma. Tanto egoísmo. Entiendo lo que dijo Fito. Mientras a ellos no les toquen lo suyo, les chupa un huevo lo que pase con los demás. Que cierren grados, que no tenga gas el Borda, que persigan a la gente que vive en la calle o que hagan escuchas telefónicas. Mientras puedan cambiar dólares y viajar a Punta del Este con su labrador está todo bien. Y siguen pasando en rojo, hablando por celular mientras manejan. No importa, si total te para un cana y lo coimeás.

Se creen los más vivos del mundo. Porque aprovechan las ventajas y no se hacen cargo de las responsabilidades. Quieren los derechos pero no las obligaciones. Parecen adolescentes.

Buenos Aires parece una habitación de adolescentes.


1 comentario:

Nan Torto dijo...

Al final no estuvo tan bueno Buenos Aires. Bienvenido.