Ni idea dónde voy pero seguime

martes, 3 de abril de 2012

De la reja para allá

Se acercó con el silbato colgando del cuello y nos dijo "chicos, de la reja para allá con el perro por favor". No había ningún cartel, pero no tenía ganas de ponerme a discutir con una guardiana de plaza. 

De la reja para allá no había pasto. No había cuidado. De la reja para acá, o para allá ahora que estaba del otro lado, sí. Y me quedé con eso en la cabeza. ¿Desde cuando no puedo ir a una plaza con un perro. Es cierto que mucha gente no se hace cargo de lo que su perro caga pero no es mi caso, entonces me pregunto ¿por qué tengo que entrar en la acusación injusta y generalizante de otra persona?

A ver si el problema lo tengo yo o ellos: ¿no puedo llevar a mi mascota a un espacio público? No estoy en un hospital, es una plaza. Y además hay perros sin dueño, de los que por supuesto nadie se hace cargo. 

O sea que las plazas van a ser de las personas. Quiere decir que las rejas son para separar y segregar y no para garantizar una supuesta seguridad durante las noches. 

Este es el gran problema que tenemos los argentinos en nuestra forma de ser: prohibimos las consecuencias en lugar de cambiar las conductas que las generan. Si sigo esa lógica para bajar de peso hay que prohibir la comida en vez de hacer ejercicio y/o comer mejor. Es la misma lógica estúpida que piensa que para que haya seguridad solo hay que tener más policías, matar a los delincuentes y tener leyes más duras. 

 

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