Ni idea dónde voy pero seguime

sábado, 12 de diciembre de 2020

Como Tusam

Cuando el los músculos se contraen hasta el espasmo, no hay nada que puedas hacer más que gritar y caerte al piso.


Pensé que este año se iba a terminar sin que escribiera nada más pero mi cuerpo me regaló (otra vez) una experiencia para narrarles.

Estaba sentado en el sillón y me empecé a incorporar para algo, no recuerdo qué, pero era para hacer algo. Lo vi a Wakko sentadito y quise acariciarlo, así que me estiré de manera oblicua y hacia adelante. Sentí la centella que fue por la cadera y por la columna y me dejó un calorcito interesante.

"Zafé", pensé. Y seguí limpiando, ordenando y no se qué otro ando de la casa. Al rato empecé a sentir los latidos en la espalda, el aviso que a esta altura ya se es la precuela de la película de terror.

Creo que apoyé una rodilla antes de caer al piso fulminado por el espasmo. Es un dolor parecido al del calambre, pero no tan puntual. Se ve que algo despertó a mi hernia discal y al parecer no se levanta de buen humor.

Estuve un rato tirado, arqueado como un pejerrey que dejaron en la orilla y dejó de sacudirse porque ya se rindió.
Me arrastré hasta la almohadilla, la enchufé y me quedé ahí.

Después de un rato, no se si fueron 10 minutos o 50, me decidí a bajar porque si iba a dormir en el piso al menos que fuera sobre una colchoneta de mi hija. La escalera fue una experiencia dolorosa. Ya me temblaban los brazos de sostener al cuerpo. Era una especie de foca que recorría la casa.

Llegué abajo y Lu me acercó un calmante. Más que esperar y esperar que no se repita la contracción no hay. Después de un rato ella se fue a dormir y me quedé ahí tirado, mirando el techo y pensando que difícil es hacer algunas cosas cuando no te podés mover. Por ejemplo, ir al baño.

No iba a aguantar 6 o 7 horas así que cuando pude me arrastré hasta el baño. Llegar fue dentro de todo fácil, el tema era la altura hasta el inodoro. Logré subir y hacer pis, pero bajar, ah bajar es otra historia.

Perdí la noción del tiempo que estuve tratando doblar una pierna para bajarme del inodoro. Cada vez que movía algo mal, explotaba el dolor. Fue como jugar al Buscaminas pero sin que sea divertido. Bueno, tampoco el juego lo era.

Dolor. Mucho dolor. Puteadas. Algún grito. Me agoté del dolor y me quedé tirado en el piso del baño ¿1 hora? mientras recuperaba energías para volver a arrastrarme hasta la colchoneta. Juro que no podía apagar la luz. No había manera de incorporarme o separarme del suelo. Otra que el campo magnético de la Tierra...

Pensé mucho durante ese tiempo en lo que naturalizamos algunas cosas. Ir al baño 2 horas antes me habrá llevado 3 minutos y no sufrí nada. Y ahora estaba dolorido, cansado, transpirado y lleno del polvo del arreglo del baño que todavía estaba en piso, haciéndome compañía.

Llegué a la colchoneta y me acomodé como pude. Dormir fue difícil. Cada vez que me movía me despertaba otro "calambre". No podía subir una escalera. No sentirte dueño de tu cuerpo es desesperante. Me asombra la cantidad de movimientos que hacemos que usan algún músculo de la espalda.

Termino el año como decía Tusam, duro duro.




No hay comentarios: