Ni idea dónde voy pero seguime

martes, 3 de septiembre de 2013

Hasta los huesos

"¿Querés que procese la sopa? Está medio desabrida". - Bueno- , accedí después de un momento de duda. Nunca me gustó demasiado la textura de la papilla. Así que medio de mala gana dije que sí. - Pero fijate que le metí un hueso para saborizarla -.

Escuché el sonido de las cuchillas triturar las papas, la cebolla. El apio. El sonido sordo y ahogado que representaba a las vitaminas quejándose por su muerte absurda a manos del artefacto procesador.

De repente me dijo "creo que se trabó con algo". - ¿Sacaste el hueso?- le pregunté. "No. ¿Qué hueso?".

No me había creído y el hueso fue triturado junto con la sopa. Mi sopa. Esa a la que le puse tanto empeño y expectativas. Justo ahora que era la hora de comer. Justo ahora que tenía hambre. - Má sí, me la mando igual- me dije. Y le entré.

No estaba mal. Alguna astillita cada tanto pero zafaba. Despues de comer me tiré un ratito en la cama como para hacer la digestión y me dormí. No me di cuenta de que me dormía, fue como de golpe, sin darme cuenta. Y soñé. En mi sueño era un cordero. Vi a mi mamá, pasté, caminé por la playa y jugué con otros corderos. Vi que había un horizonte al que sabía que no llegaría. Olfateé el mar y percibí el susto de los otros cuando se acercaban los hombres con una cosa en la mano. Sentí algo y no vi más. Me asusté y me desperté sobresaltado. Tenía la boca seca. Fui al baño y tomé agua de la canilla. Me enjuagué. Me dolía todo. En especial la cabeza. Me sentía triturado.

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